Periodistas internacionales analizan las campañas de desinformación y las herramientas para combatirla

Periodista Nadia Mendoza, Presencia Universitaria

Varios profesionales de la comunicación, provenientes de México, Uruguay y Argentina, se dieron cita en el auditorio C3 de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para discutir sobre las noticias falsas, el discurso de odio y el rol del periodismo, en el marco del Día del Periodista Hondureño.

El panel de expertos fue organizado por la Embajada de Argentina y la Máxima Casa de Estudios, a través de la Facultad de Ciencias Sociales, y concluyó en que la comunicación alternativa, la regulación estatal y la formación con carácter ético son herramientas para combatir la desinformación.

Durante el evento, el expresidente de la Asociación de Prensa Uruguaya y de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe, Fabián Cardoso, explicó que las noticias falsas son un instrumento de las campañas de desinformación que a su vez son estrategias para transgredir la democracia e incluso matar.

“Las campañas de desinformación tienen un objetivo deliberado que es incidir en los procesos transformadores e incluso en los electorales, y muchas veces lo logran, como ocurrió en Brasil con Jair Bolsonaro, quien llegó a gobernar gracias a las fake news”, lamentó Cardoso.

La situación no se queda ahí, pues a criterio del periodista uruguayo, las noticias falsas pueden incluso matar y esto lo ejemplificó con la pandemia, período en el que surgió un sinnúmero de información, incluso difundida por periodistas, que atentaban en contra de la vida de las personas.

En ese sentido, instó a las universidades y organizaciones de la sociedad civil a asumir responsabilidades y formar comunicadores que utilizan las nuevas plataformas de información de forma ética y en beneficio de los pueblos.

Por su parte, la directora de la 4tv, Blanca Salces, informó que México es el segundo productor y difusor de noticias falsas en el mundo, ante esto, crearon un medio de comunicación alternativo que le hiciera contrapeso a las campañas de desinformación orquestadas por las grandes empresas de comunicación.

“Nosotros nos vimos en la necesidad de, a través del Partido Morena, generar un canal que tiene tres ejes fundamentales: el formativo, informativo y convocante, en el formativo esperamos que la gente tome conciencia para que por sí misma pueda cuestionar y buscar información real, la parte informativa es difundir la realidad y el trabajo que el presidente hace para que las personas puedan tener acceso a esos beneficios, y la convocante para que la gente se exprese y se movilice”, explicó Salces.

Por su parte, el docente e investigador en comunicaciones de la Universidad de Buenos Aires, Diego Vesciunas, considera que los Estados deberían regular los medios tradicionales en término de circulación de noticias falsas, por ejemplo, reducir o quitar la pauta oficial en aquellos medios que promueven las fake news como una política regulatoria.

“Los desafíos son muchos, pero antes de poner el foco en los usuarios, redes sociales, o alertar en los estudiantes de comunicación, los Estados tienen la responsabilidad de regular la participación de las grandes plataformas internacionales y de los medios privados hegemónicos en la propagación de esos discursos de odio y desinformación”, expresó.

También mencionó las cadenas nacionales como otra estrategia para poder romper el cerco informativo, no obstante, hay que tener cuidado en no generar un hartazgo en la población al ver continuamente estos espacios.

“Yo creo que los medios públicos son una herramienta trascendental para tratar de romper ese cerco informativo más allá que una militancia o un activismo digital, yo diría que hay que utilizar el Estado y las herramientas que disponen los medios públicos”, recomendó.

Finalmente aclaró que, si bien es cierto, debe intervenir el Estado, pero es imperativo identificar en qué punto se deben regular las noticias falsas, ya que diario se difunden un sinnúmero de estos contenidos, en ese sentido, es necesario reconocer, por ejemplo, las que ponen en riesgo la seguridad nacional, la salud o la economía.