Redacción: Comunicación UNAH-TEC Danlí
Con una gran dedicación y un esfuerzo extraordinario, Dirla Rodríguez ha alcanzado la cima de su carrera académica, graduándose con un promedio del 91% de la carrera de Enfermería. Su historia es un testimonio de perseverancia y compromiso, un ejemplo para aquellos que enfrentan desafíos similares.
Desde sus primeros pasos en nuestro Centro Regional, Dirla enfrentó obstáculos económicos que podrían haber desviado a muchos de su camino. Sin embargo, con determinación y la ayuda de una beca universitaria, sobrellevó estas dificultades, demostrando que la pasión y la tenacidad pueden abrir puertas incluso en los momentos más oscuros. Pero más allá de las cifras y los logros académicos, esta joven es el verdadero espíritu de la enfermería: compasión y empatía. Inspirada por las palabras de Florence Nightingale, comprende que el simple acto de brindar una atención amorosa puede sanar heridas invisibles y aliviar el sufrimiento humano.
Su enfoque inclusivo y respetuoso hacia las diversas creencias y tradiciones de sus pacientes refleja su profundo compromiso con el cuidado integral. Dirla entiende que en la enfermería, el respeto por la individualidad de cada paciente es tan crucial como el tratamiento médico en sí. A medida que mira hacia el futuro, ofrece sabias palabras a aquellos que siguen sus pasos. Su consejo de perseverar, de cerrar los oídos a la negatividad y de encontrar satisfacción en el servicio a los demás resuena en los corazones de todos los que sueñan con seguir una carrera en enfermería.
Para Dirla, la graduación es más que un hito; es el comienzo de una nueva etapa de su viaje. Con gratitud hacia Dios como su compañero constante y la certeza de que su propósito es servir, está lista para enfrentar cualquier desafío que el futuro pueda traer. Su experiencia en las campañas de vacunación contra el COVID-19 y su servicio social son testimonios de su dedicación y sacrificio. En cada paso de su viaje, ella ha demostrado que el amor por la enfermería, arraigado desde su infancia, es la fuerza impulsora que la guía hacia la excelencia.
Dirla Rodríguez, con su pasión, compasión y determinación, no solo ha logrado sus sueños, sino que también ha dejado una huella en la comunidad estudiantil y en todos aquellos que tienen el privilegio de cruzar su camino. Su historia es un recordatorio inspirador de que, cualquier cosa es posible en la búsqueda del conocimiento y el servicio a los demás. 
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