
Por Centox-UNAH
Cada año, en Honduras se registran aproximadamente 780 casos de mordeduras de serpiente. Los departamentos que reportan el mayor número de incidentes son Olancho, Atlántida, El Paraíso, Yoro, Choluteca y Colón, mientras que el resto presenta cifras significativamente menores.
Las consecuencias de una mordedura de serpiente varían según diversos factores, entre ellos la especie de serpiente, la zona del cuerpo afectada, la cantidad de veneno inyectado, el estado de salud previo de la víctima y la rapidez con la que se administre el antídoto.
Es importante informarse sobre qué hacer en caso de una mordedura de serpiente. Para más información, comuníquese con el equipo de especialistas del Centro Nacional Toxicológico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Centox-UNAH): 3392-4403 / 3276-7676.
¿Qué tan peligrosa es una serpiente?
Honduras cuenta con una gran diversidad de serpientes, muchas de las cuales cumplen un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas. Entre ellas, hay varias especies venenosas que representan un riesgo para los seres humanos si no se manejan con precaución.
Las serpientes más peligrosas del país pertenecen principalmente a las familias Viperidae y Elapidae, como la nauyaca (Bothrops asper), también conocida como barba amarilla, y el coral verdadero (Micrurus spp.). Estas especies poseen un veneno potente que puede causar daños graves si no se recibe atención médica a tiempo.
Las regiones más propensas a la presencia de serpientes venenosas en Honduras incluyen zonas tropicales y húmedas, como La Mosquitia, el Valle de Sula, partes de Olancho y áreas boscosas de Gracias a Dios, Colón y Atlántida. Estas zonas, con su densa vegetación y abundante fauna, son hábitats ideales para estos reptiles. Sin embargo, también pueden encontrarse en áreas agrícolas y cercanas a viviendas rurales, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando las serpientes buscan refugio en lugares secos.
Distinguir una serpiente venenosa de una no venenosa puede ser complicado, pero hay algunas señales generales que pueden ayudar. Por ejemplo, muchas serpientes venenosas tienen la cabeza triangular, pupilas verticales (como las de un gato) y cuerpos robustos. En cambio, las no venenosas suelen tener la cabeza redondeada, pupilas redondas y cuerpos más delgados. Sin embargo, existen excepciones, y algunos patrones de color pueden ser engañosos, como en el caso de las serpientes coral falsas. Por eso, lo más seguro es no manipular nunca a una serpiente silvestre y, en caso de duda, mantener la distancia y contactar a expertos.
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