Los efectos secundarios del COVID-19 en las enfermedades tropicales desatendidas

Mediante una carta dada a conocer a finales del mes de marzo por el Programa Mundial de la malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se solicitó a los gobiernos no descontinuar las medidas de vigilancia, control y detección de esta enfermedad entorno al COVID-19.

Sin embargo, y debido a las características en la transmisión de COVID-19, por otro lado, la OMS ha recomendado posponer hasta nuevo aviso las encuestas comunitarias, las actividades de búsqueda de casos y las campañas de tratamiento masivo para enfermedades tropicales desatendidas y propone exclusivamente dejar las medidas centrales de control para tratar de reducir al mínimo la exposición.

Es importante destacar que la OMS, como organismo asesor mundial para temas de salud es el encargado de apoyar a los países para el abordaje de la salud humana, sirviendo como apoyo a los países en la toma de decisiones según la situación epidemiológica que en ellos se viva.

Diversos países implementan rutinariamente medidas de control con el objetivo de disminuir y prevenir las enfermedades tropicales desatendidas, un ejemplo de ello es el caso de la malaria y el dengue; enfermedades transmitidas por dos tipos de mosquitos, y en donde la instalación de mosquiteros, rociado de viviendas, aplicación del abate, entre otros, son actividades que ayudan al control de la transmisión y el impacto en la salud de las personas en riesgo. Si las medidas de control se detienen, esto nos indica que, en ambas enfermedades, la cantidad de mosquitos existentes en las áreas endémicas (los lugares donde se encuentran disponibles los mosquitos transmisores) incrementará y será una causal seguramente del resurgimiento de estas enfermedades.

Inversión.

La pandemia del COVID-19 ha tenido gran impacto en diversos aspectos, por ejemplo en lo que se refiere a la inversión, debido a que la prioridad actualmente está enfocada en el COVID-19 en cuanto a equipamiento, recurso humano, entre otras cosas; el dinero se invierte únicamente en este tema y se deja en segundo plano a las enfermedades tropicales desatendidas; por lo que el Dr. Denis Escobar, microbiólogo e investigador del Instituto de Investigaciones en Microbiología (IIM) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) considera que a mediano o corto plazo se corre el riesgo de no tener disponible recursos necesarios para llevar a cabo las medidas de control para estas enfermedades que seguramente van a seguir ahí, “esto sin contar chagas y leishmaniasis que están en lugares de difícil acceso, para el caso de malaria, Honduras, así como el resto de Mesoamérica, tenía planeado tener cero casos para el año 2022 pero si los casos comienzan a aumentar va a ser difícil, hemos tenido un descenso pero si no se continúan  las acciones de control sostenido, difícilmente vamos a poder lograrlo” afirmó.

Reducción financiera.

Otro problema que puede originarse probablemente por la pandemia que en estos momentos se vive, es la posible reducción monetaria de los países donantes para el control de estas enfermedades tropicales.

El Fondo mundial para la lucha contra VIH/SIDA, Tuberculosis y Malaria es una organización que casi desde su comienzo fijó como meta cumplir en 2015 el Objetivo de Desarrollo del Milenio relacionado con reducir el impacto del VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria en los países en desarrollo. A través de este fondo, algunos de los países donantes como ser Estados Unidos, Francia y el Reino Unido; conceden cantidades de dinero con el fin de apoyar y luchar contra estas enfermedades.

Sin embargo, estos países se han visto severamente afectados con el COVID-19, y debido a esto existe la posibilidad de que haya una disminución del financiamiento para los países de pequeño y mediano ingreso para el control de estas enfermedades, por tanto, dichas naciones van a requerir que esa ayuda monetaria solvente sus propios problemas.

¿Qué es la malaria? 

La malaria es una enfermedad prevenible y tratable causada por parásitos que se transmiten a las personas a través de las picaduras de mosquitos Anopheles hembras infectados. En 2018, se estimaron 228 millones de casos de malaria en todo el mundo y 405,000 muertes relacionadas con la malaria, según la OMS.

La importancia de conocer todas estas otras afecciones que inquietan al mundo, logra definitivamente que inconscientemente reflexionemos, los efectos colaterales del COVID-19 son evidentes y sin duda tornan este camino de lucha cuesta arriba, el escenario es complicado, y los trabajadores de la salud juegan un papel inprescindible en la situación actual, nuestro deber es aportar de alguna manera para erradicar estas enfermedades, haciendo nuestra parte, siendo solidarios, conscientes, cuidándonos los unos a los otros.

Eliminación Malaria 2022. https://www.iadb.org/es/noticias/la-eliminacion-de-la-malaria-en-mesoamerica-arranca-identificando-183-focos-activos