Periodista Esdras Díaz. Presencia Universitaria

Un informe presentado por la Maestría en Demografía y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) arrojó nuevas perspectivas sobre la longevidad en el país. Según el boletín, Honduras registra 1060 personas centenarias dentro de su territorio, destacando que el 97% se sitúa en el rango de edad entre 100 y 109 años.

Este estudio, titulado "La longevidad en Honduras: un recorrido por los años censales de 1988, 2001 y 2013", tiene como objetivo principal identificar las tendencias de longevidad a nivel municipal, utilizando datos censales y proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas hasta el 2023, así como información del Registro Nacional de las Personas.

El boletín argumenta además que el 3% son supercentenarias que tienen entre 110 a 117 años, es decir que la cúspide de la longevidad alcanza 117 años (un caso en el Distrito Central), por otro lado, detalla que la longevidad de las personas centenarias presenta un crecimiento de 25% respecto al año censal 2013, a la vez de manera general se observa mayor sobrevivencia entre las mujeres.

La estadística concuerda con la información brindada por la División de Población de las Naciones Unidas, que argumenta que durante las últimas décadas del siglo se observó una mejoría en los indicadores de salud y bienestar, favoreciendo con ello el descenso de las tasas de mortalidad en todas las edades, esto a su vez tuvo impacto en el incremento de la esperanza de vida al nacer, según la ONU la esperanza de vida a nivel mundial aumentó de 46.5 años, en 1950, a 71.7, en 2022.

En ese contexto, el incremento de personas longevas ha dado lugar al surgimiento de un nuevo concepto: la cuarta edad. Este término se conceptualiza a partir del aumento de la esperanza de vida, en tal sentido, se presenta una nueva franja demográfica que comienza cuando una persona alcanza los 80 años.

Honduras recientemente ha aprobado la Ley de la Cuarta Edad en el que reconoce por primera vez una condición jurídica especial para las personas mayores de 80 años, que les permite acceder a diversos beneficios y que pretende mejorar su calidad de vida, así como favorecer a más de 123,000 mil hondureños que estarían en la categoría de personas adultas de la cuarta edad.

La reforma incluye una lista de descuentos determinados y tratos preferenciales en cuanto al acceso a sus derechos, como el cuidado personal, condiciones favorables del entorno, disponibilidad familiar, ambiente comunitario y acceso a recursos económicos para una vejez justa.

Sin embargo, el boletín concluye que en el caso de Honduras, para la población envejecida y sobreenvejecida el panorama no es halagador, aun cuando el tema fue considerado en el Plan de Nación (2012-2022) y Visión de País (2010-2038), sobre todo en lo relacionado a la necesidad de consolidar los sistemas de previsión social y universalizar el régimen de jubilación y pensión para el 90% de los asalariados en Honduras y el 50% de los ocupados no asalariados, no se identifican acciones puntuales que indiquen avances sostenidos que contribuyan a elevar el nivel de bienestar de la población,

En ese contexto, señala que hay enormes retos que deben ser asumidos desde el contexto de las políticas y programas a nivel municipal y nacional.

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