Periodista: Clarissa Donaire. Presencia Universitaria
Trascendiendo la materialidad a través del espacio, el volumen y el sonido, la reciente propuesta artística del profesor del Departamento de Arte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Miguel Romero, propone fomentar la creatividad y curiosidad, así como romper con el tabú de que las obras de arte no se tocan.
Espacio, volumen y sonido es la más reciente exposición del profesor investigador, la cual incluye al menos 11 piezas talladas en maderas de diferentes tipos que permiten al público la interrelación directa con las mismas.
“Yo soy de los que creo que la obra de arte no está en el objeto, sino en las relaciones que desde el centro ese objeto es capaz de tejer entre nosotros, lo que significa que la materia solo es un medio, no es el fin en sí, y por ello es que se me hace más fácil permitir que las personas toquen lo que hago", explicó Romero.
Agregó también: “Esto de tocar las esculturas me viene desde muy temprano, porque las figuras fueron esculpidas con el tacto, sin embargo, entras a cualquier museo y te impiden tocarlas”.
A pesar de que las obras tienen muchas cosas en común, por ejemplo, que están hechas con maderas que él mismo ha procesado y que no se encuentran en peligro de extinción, son muy diferentes entre sí; “hay algunas que son en relieve, o unas especies de pintura, hay otras que juegan a atrapar el espacio alrededor de sí, inclusive hay piezas que son musicales”, manifestó.
“Mi objetivo con esta expo era romper con el tabú de que las obras de arte no se tocan, dejando al espectador hacer con ellas lo que se les ocurra”, expresó el máster en Escultura. Es preciso mencionar que el profesor Romero, además es coordinador y fundador del LuthierLab, un taller dedicado a la investigación científica alrededor de la fabricación de instrumentos musicales tradicionales y no convencionales.
Sobre los materiales, Romero explica que utiliza elementos que tienden a crecer en la naturaleza, ya que se identifica con la agenda ecológica mundial, lo que suma a su atracción con la madera, que no es un material industrial.
“A dónde vas a encontrar un material que literalmente crece, que en la medida que más existe, mayor beneficio nos causa, ya que somos una sociedad que vive del consumo de hidrocarburos; entonces esa es parte de mi fascinación con la madera; lo otro es el goce mismo de trabajar la madera que, siendo un material vivo, tiene sus propias cualidades, a veces inclusive dentro del mismo árbol te encontrás trozosque no tienen las mismas características”, consideró Romero.
Añadió que “lo que nosotros hacemos como artistas es tratar de encontrar formas de prolongar la vida de estos objetos que nos ha costado cierto tiempo de vida hacer y los coleccionistas lo que hacen es tratar de asegurarse de que esos objetos existan la mayor cantidad de tiempo posible, pero tarde o temprano la cerámica se quiebra, la piedra se desgasta, la madera se pudre o se quema, solo tiene esas dos opciones y tarde o temprano va a suceder. Claro que trato de darle una larga vida a las cosas que hago, pero no estoy convencido de esa fantasía de que el arte es para siempre”.
Para Romero, todos tenemos una obsesión con la eternidad, “pero a mí no me parece justo con nosotros mismos, ya que en cierta forma nos impide realmente vivir. “El arte para mí es algo activo, si lo están viendo, si están interactuando con él; si no, es simple y sencillamente un trozo de piedra, papel o un pedazo de plástico", finalizó.
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