A continuación una entrevista a Héctor Hernández, realizada por Eder Álvarez, practicante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

 

Inicios

Héctor Hernández es un artista nacido en San Salvador, El Salvador. Su proceso de encuentro con el arte fue el mismo del de todos los niños “Empezas  a construir con las piedras, dibujar con un pedazo de palo en los patios, porque en la época nuestra en el mesón donde vivíamos no habían pisos de cemento, era todo de tierra y allí donde nosotros dibujábamos y construíamos a partir de pedazos de terrones de tierra etc. hacíamos nuestros propios carros, nuestros propios aviones, es decir es un juego creativo que te enriquece porque estas resolviendo digamos una manera de entretenerte. Creo que por allí viene un poco la vinculación del arte”.

Para Hernández ese proceso de resolver de una manera creativa ese momento, donde el niño juega con lo que ha creado es fundamental porque le va dando un sentido al proceso de ver el mundo y como lo puede ir  transformarlo.

La Academia

 Inició su recorrido de manera académica en La  Escuela Nacional de Artes Gráficas, que es una escuela de artes y oficios que Carlos Alberto Imery - quien fue un importante pintor y profesor de artes gráficas salvadoreño-  después de su retorno de Europa el funda dicha academia. Allí empieza a estudiar dibujo comercial, llevando lo que se llamaba en ese momento plan básico en la mañana y en la jornada de la tarde las materias que llamamos optativas, donde algunas de las clases impartidas eran dibujo arquitectónico, tipografía, impresión y todos los procesos de impresión. Desafortunadamente menciona el artista “Con la venida de la reforma educativa del 70 todo este proceso se queda fuera, entonces tuvimos que buscar alternativas”.

En ese punto y en búsqueda de nuevas alternativas se inscribe en El Centro Nacional de Arte, que es como el centro de desarrollo de ese momento a las escuelas libres. En palabras de Hernández una escuela libre es: “Son escuelas con características de que tú vas, aprendes tienes un maestro que te va guiando pero que no tienes ningún control académico, que entendemos con esto; que tú no tienes el control de una nota, si quieres asistes y si no quieres no asistes, es totalmente libre, vas o no vas. Pero a nosotros que éramos un grupo de diez artistas que realmente le tomamos sentido al proceso y año con año exigíamos que abrieran clases y nos diera un maestro esto en un tiempo de 3 tres años. Que es lo que me formo en el aspecto de las artes plásticas…yo soy producto de un proceso de las escuelas libres…”

Terminados sus estudios en el Centro Nacional de Arte entra a la Universidad José Matías Delgado donde estudia la carrera de Diseño Gráfico en la Escuela de Artes Aplicadas. Concluidos sus estudios la misma universidad le ofrece un puesto y las materias que le son asignadas son dibujo y una materia que es llamada simplemente “Las técnicas” que era como pasar por todos los medios artísticos desde bolígrafo, lápices de color y crayola.

Evolución de su obra

Su primera exhibición se realizó En el Centro Cultural Salvadoreño, que sería nuestro equivalente al IHCI.- Hernández  comentó: que la tradición dentro de la academia era de cuando tenías tu primera exposición,  debía ser una recopilación de los trabajos más importantes que habías hecho en la academia.- con Héctor fue distinto, rompió un poco el molde y comenzó a desarrollar lo que verdaderamente seria su obra. Comenzó a trabajar todo un año y medio para producir todo el desarrollo de esta obra “Con un rudimento de identidad”

 “La primera exposición tuve una serie de ansiedades y posibilidades de cómo hacer cosas diferentes, esto lógicamente marca otra etapa involucrándome en una serie de maneras de presentar el dibujo como más fragmentario, utilización de más color, como grandes dimensiones…los siguientes van  teniendo más carga, mucha más fuerza presentado dibujos únicamente hechos con rodillo, de los rodillos que utilizamos para hacer grabado, trabajo con rodillo con grandes dimensiones estructurales, un collage de intervenciones”.

Temas de su obra

“La esencialidad de mi trabajo ha sido un tanto constante por reflejar la realidad social y sus diferentes interpretaciones de su modo de vida y eso tiene una implicación también de validar la realidad como la materia que me interesa, como la materia prima de la cual yo me nutro para construir también mi propia visión de esa realidad” enfatiza Hernández.  En ese sentido para este artista el “Hombre” es la esencialidad de construcción, de desarrollo, de formación pero también es contradictoriamente el punto de destrucción de esos mismos procesos de realidad social.

“Por ejemplo, dice Hernández, yo como militante de izquierda en su momento mi trabajo tenía mucho, digamos contradicción contra el sistema y hablaba de la represión hablaba de la violencia, hablaba de la violencia represiva, hablaba de todos estos contextos tratados de una manera muy particular porque yo nunca hice sangreríos en mis cuadros, sino que para mí era violencia mucho más subjetivada, mucho más negada porque mutaba cuerpo, ensamblaba cuerpos porque los deformaba. Ahora estoy hablando de eso mismo porque está allí, como en El Salvador, la incoherencia de un sistema que sigue permitiendo las cosas que en un pasado nosotros combatimos que es la pobreza, la falta de valores, la falta de oportunidades y todavía están allí y es un gobierno de izquierda, entonces tú dices “bueno si yo soy de izquierda y mi gobierno o aquel poder político que asignaste a través de una serie de luchas no está haciendo las cosas por las cuales luchamos”, entonces te pones a cuestionar el sistema estos temas por eso si tu vez mi trabajo artístico, los títulos   y esas cosas están refiriéndose a esas cosas, al problema actual y esto lógicamente desde mi perspectiva como artista…”

Artes, panorama actual

Para Hernández la situación actual del arte esta segmentada, por un lado estamos hablando de los artistas que tienen factura que tienen un buen desarrollo plástico visual, conceptual pero que no están ahondando en esta realidad, haciéndose cuestionamientos como ¿ Dónde estoy parado? Por ejemplo y están pintando lo mismo que se ha pintado siempre, es decir un paisaje agradable, un buen bodegón se vuelven más decorativos, por otro lado, hay una serie de artistas que poco velado, poco directo, quizá un poco más contestatario como debería ser, están haciendo un arte que proponga a la gente a pensar diferente y que le haga romper el molde de la costumbre y que le digan “mire usted es un ser humano y le están jodiendo la vida…”.

“El arte tiene que tener una utilidad social esa es por lo menos mi perspectiva, claro un cuadro hermoso luce pero también tiene que decir algo como “mire, mire usted es esto o no es esto”