La Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia brindó una Jornada de Actualización en Farmacovigilancia, la cual fue impartida por los expertos Juan Quesada y Tatiana Calderón, ambos originarios de Costa Rica.
El doctor Quesada posee una licenciatura y un doctorado profesional en Farmacia de la Universidad de Costa Rica. Tiene cuatro años de experiencia en industria farmacéutica y farmacovigilancia. En el año 2018 se unió a grupo Roche como Junior Specialist en Hub de farmacovigilancia.
Por otro lado, la doctora Calderón posee una licenciatura y un doctorado profesional en Farmacia de la Universidad de Costa Rica. Es la autora del libro Elementos básicos de farmacovigilancia: Centroamérica y el Caribe. Así mismo la destacada doctora posee 43 publicaciones científicas en temas relacionados a la docencia, control de calidad de alimentos y productos biosimilares.
La jornada dio inicio con una pequeña introducción de lo que trata la farmacovigilancia y la importancia de la misma. Quesada hizo mención del aprendizaje que deben tener los estudiantes de química y farmacia sobre el tema; y así en el momento de ejercer dicha profesión se haga con calidad.
Según estudios, en los últimos años se ha incrementado considerablemente el uso indebido de medicamentos recetados, y con esto, el aumento de personas en salas de emergencia.
Cuando un médico receta un tratamiento con una dosis que no es la indicada se puede presentar un evento adverso. Esto sin duda alguna es una señal desfavorable que puede traer al paciente problemas médicos severos.
“Hay que tener mucho cuidado con los medicamentos, no hay medicamento alguno que sea 100 por ciento seguro, por cualquier característica se puede tener riesgo de daño. Por ende, debemos llegar al balance con el paciente y con el medicamento como tal”, detalló el doctor Quesada.
Cabe mencionar que todo medicamento debe pasar por un proceso de estudio y análisis para ver cómo se comportó el tratamiento en un período de tiempo establecido.
Un punto relevante que mencionó la doctora Calderón es que se necesita tener un impacto en seguridad y tener eficacia de cada producto, ya que la reacción inmune a una proteína terapéutica puede variar desde anticuerpos sin significancia clínica hasta condiciones que amenazan la vida del paciente.
“Algo tiene que quedarnos claro, en la farmacovigilancia se debe caracterizar el perfil de seguridad de un medicamento, se tiene que evaluar la relación riesgo o beneficio durante el ciclo de vida de un medicamento como tal”, concluyó diciendo Calderón.
Está comprobado que las personas pueden agregar valor al sistema de farmacovigilancia porque pueden comunicar muchos aspectos del uso y los efectos secundarios de sus medicamentos.
Fuente: Presencia Universitaria
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