
Por: Katherine Ramírez
Un bebé nació este mes de una manera extraordinaria a través del primer parto en agua que se practicó en el Hospital Dr. Enrique Aguilar Cerrato (HEAC) de La Esperanza, Intibucá, marcando un hecho histórico para la salud materno-neonatal de Honduras.
La protagonista de este acontecimiento fue Carmen Marisela Hernández, originaria de La Estanzuela, Marcala, La Paz, quien, junto a su esposo Dennis Alfonso Molina, aceptó ser parte de esta experiencia innovadora. En un ambiente de confianza, respeto y acompañamiento, trajeron al mundo a su hijo Eithan Aziel Molina Hernández, el primer bebé nacido en agua en un hospital público hondureño.
“Fue una experiencia tranquila, diferente y hermosa. Sentí mucha seguridad y apoyo del personal que me acompañó en todo momento”, expresó Carmen, luego de haber sido parte de esta experiencia poco común en el país.
De igual manera, el padre del bebé destacó la comodidad y el ambiente seguro que percibió durante el parto, catalogándolo como una parte clave de tranquilidad en ese momento de mucha emoción. “Llevo esta experiencia y el poder contar lo que viví siendo el primer padre que acompañó a su esposa e hijo en el nacimiento”, manifestó Molina.
Detrás del proyecto
Este trascendental acontecimiento se dio como parte de la práctica clínica del Diplomado “Prácticas Seguras y Respetuosas del Parto y Posparto con Enfoque de Interculturalidad”, que reciben, en una primera etapa, el personal profesional y auxiliar de enfermería, así como médicos del hospital. Este diplomado es impartido de forma teórica y práctica por el Posgrado en Enfermería con Orientación en Ginecología y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), bajo la coordinación de Karen Ivonne Lacayo Arzú, con el acompañamiento de la partera experta mexicana Mirna Amaya y docentes de dicha maestría.
A partir de este parto en agua, se inicia un trabajo que avanza hacia la atención humanizada del nacimiento, liderado por la UNAH con el apoyo técnico, estratégico y financiero del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), el Gobierno de Canadá y la Secretaría de Salud (Sesal), como parte de su compromiso con la equidad de género y la salud sexual y reproductiva de las mujeres en América Latina.
Además, esta práctica recupera conocimientos tradicionales de partería y los integra a la medicina moderna, respetando el enfoque intercultural que impulsan la UNAH y la Sesal, como parte de las estrategias para mejorar la calidad de la atención materna en zonas rurales y multiculturales del país, mediante la vinculación entre la academia y la sociedad.
Es importante mencionar que el éxito de esta iniciativa fue posible gracias a la apertura y respaldo de las autoridades: Ruth Almendares, directora del hospital, y Suyapa Cruz, directora de Enfermería, quienes impulsaron al equipo de maternidad a implementar esta práctica innovadora como parte de un modelo de atención centrado en la mujer.
“Este logro nos muestra la importancia de la articulación entre la academia, las instituciones de salud y los organismos internacionales para incidir y avanzar en la atención materna en Honduras”, expresó Lesly López, coordinadora del Posgrado de Enfermería de la UNAH y líder del proyecto.
Parto en agua
El parto en agua realizado en el Hospital Enrique Aguilar Cerrato marca un precedente en la implementación de prácticas humanizadas, seguras e interculturales dentro de los hospitales públicos del país.
Su impacto trasciende la experiencia clínica y representa un avance hacia un modelo de atención centrado en la dignidad y los derechos de las mujeres, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 3 y 5) sobre salud materna e igualdad de género.
“Con este proyecto, Honduras se suma a la tendencia mundial de promover partos humanizados en el sistema público de salud, con un enfoque de respeto, ciencia y cultura”, destacó Karen Lacayo, coordinadora de la Maestría en Ginecología y Obstetricia.
Beneficios
El parto en agua es una técnica que busca favorecer el bienestar físico y emocional de la madre y el bebé durante el proceso del nacimiento. Diversos estudios y experiencias internacionales avalan sus beneficios, entre los que destacan:
· Disminución del dolor y la ansiedad gracias al efecto relajante del agua tibia, que ayuda a reducir la tensión muscular y la necesidad de analgesia.
· Mayor sensación de control y autonomía para la mujer, que puede elegir su posición, ritmo respiratorio y acompañamiento durante el parto.
· Facilita el trabajo de parto en cada una de sus etapas, al favorecer la elasticidad del periné y reducir el riesgo de desgarros.
· Transición suave para el recién nacido, quien pasa de un medio líquido intrauterino a otro acuático externo, lo que reduce el estrés y promueve un inicio de vida extrauterina exitoso.
· Fortalece el vínculo afectivo inmediato entre madre, padre e hijo, al propiciar un ambiente íntimo, seguro y respetuoso.
Autoras y responsables del proyecto
· MSc. Lesly Xiomara López, coordinadora del Posgrado de Enfermería, FCM–UNAH
· MSc. Karen Ivonne Lacayo Arzú, coordinadora de la Maestría en Ginecología y Obstetricia
· MSc. Guisela Marina Salgado, docente de la Maestría
· MSc. Alejandrina Maribel Manzanares, jefa del Departamento de Enfermería, FCM–UNAH
· Licda. Alejandra Méndez, administradora del Posgrado de Enfermería
· Mirna Amaya, partera experta (México)






Comentarios