
Periodista: Yuri Vargas
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a través del Observatorio de Migraciones Internacionales en Honduras (OMIH), adscrito al Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Facultad de Ciencias Sociales (FCCSS), presentó el Boletín Informativo número 10 sobre flujos migratorios, correspondiente al segundo semestre de 2025, en un contexto marcado por transformaciones profundas en la política migratoria de Estados Unidos y medidas de emergencia asumidas por el gobierno hondureño.
Según el documento elaborado con datos del Instituto Nacional de Migración (INM), la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y la Gerencia de Derechos Humanos y Atención al Migrante (GDHAM) del INM, Honduras pasó de ser un país expulsor a convertirse también en un país de tránsito y destino, registrando en 22 meses solicitud de refugio para 634 personas, más que en toda la década anterior.
A ello se suma el tránsito irregular de 21,617 migrantes de 189 nacionalidades, principalmente cubanos (58 %), haitianos (14 %) y venezolanos (7 %), sobre todo adolescentes de entre 11 y 20 años, lo que ha impulsado la creación de amnistías migratorias sucesivas que han beneficiado a más de 1.3 millones de extranjeros desde el 2022.
A nivel internacional, el informe señala que en 2024 se registraron 45,412 solicitudes de refugio hechas por hondureños: 61 % hacia México, 31 % hacia Estados Unidos y 4 % hacia España.
Otro hallazgo relevante es el incremento de las deportaciones de centroamericanos a raíz de las medidas adoptadas por el gobierno de Donald Trump en su segundo mandato, entre ellas la declaración de emergencia nacional en la frontera bajo la Ley de Insurrección de 1807, dejando hasta julio de 2025 un saldo de 22,878 retornados, en su mayoría hombres y menores de edad, y 8,056 retornos voluntarios, un aumento de 48 % y 370 % respectivamente en comparación con el mismo periodo de 2024.
De igual manera, entre 2023 y marzo de 2025 se repatriaron 725 hondureños fallecidos en la ruta migratoria; el 78 % eran mujeres y el 5 % menores de 18 años. De ellos y ellas, el 58 % murió en Estados Unidos, el 34 % en México y un 5 % en España.
En el ámbito económico el informe sostiene, con base en cifras del Banco Central de Honduras (BCH), que en el 2024 el país registró 9,743 millones de dólares en remesas, equivalente al 26% del Producto Interno Bruto (PIB). El 44% de los hogares receptores depende mayoritariamente de este ingreso.
Al respecto, el boletín advierte que la política migratoria de EE UU, incluida la no renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS), podría generar un impacto económico severo, especialmente si se produjeran deportaciones masivas que dejen a cerca de un millón de personas en riesgo de perder su principal fuente de ingresos.
Debido a que estas dinámicas están estrechamente relacionadas con factores de expulsión, como los altos índices de violencia, el desempleo y la inseguridad, así como con las políticas migratorias adoptadas por los países de tránsito y destino, el OMIH plantea entre los principales desafíos en la atención humanitaria y reinserción laboral, educativa y psicosocial, fortalecer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, implementar programas de reinserción laboral a nivel nacional y fortalecer la política de seguridad como estrategia para generar las condiciones propicias para el desarrollo de la pequeña empresa y los microemprendimientos a nivel nacional.
César Castillo, coordinador del OMIH, resaltó que el análisis del boletín busca aportar información clave para comprender la compleja realidad migratoria del país.
“Somos un país que está expulsando su población, por lo tanto, es muy importante hacer un análisis de las causas y de la situación migratoria. Con el boletín lo que estamos tratando es de poner a disposición de las autoridades correspondientes un análisis de la situación de país, principalmente en torno al fenómeno de los migrantes en tránsito durante los últimos años, ya que Honduras pasó de ser un país expulsor a un país de tránsito, pero también el tema de los retornados”, dijo.
El académico añadió que, aunque en el 2025 hubo una significativa reducción en el número de retornados con respecto al 2024, estas personas presentan particularidades que requieren una atención diferenciada, como por ejemplo el tiempo de residir en el extranjero y la ausencia de familiares en el territorio nacional. Poseen ciertas características, entre ellas el tiempo de residir en Estados Unidos cuyo promedio es de entre 10 y 15 años. Por lo tanto, la atención a estas personas debe ser diferenciada.
“Muchos tienen entre 10 y 15 años de residir en Estados Unidos y en muchos casos ya no tienen familia en Honduras. Es fundamental aprovechar su experiencia y apoyar procesos que les permitan reconstruir sus vidas en el país”, concluyó.



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