
Periodista: Cristina Canahuati
En coordinación con la iniciativa Arrecifes Saludables y con el apoyo del Campus Atlántida de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la Secretaría de Recursos Naturales, el Centro de Estudios Marinos y la Fundación Cuero y Salado llevaron a cabo un monitoreo para evaluar la situación del sistema arrecifal mesoamericano.
A través de la participación de 99 recolectores de datos, entre ellos estudiantes e investigadores del Campus Atlántida, se desarrolló la Evaluación Rápida de Arrecifes del Atlántico y el Golfo (Atlantic and Gulf Rapid Reef Assessment, AGRRA por sus siglas en inglés).
El monitoreo se enfocó en cuatro indicadores clave, permitiendo un análisis general del ecosistema. El informe resultante presenta un panorama mixto: muestra avances en ciertos aspectos, pero también evidencia la urgencia de tomar medidas más efectivas.
Principales hallazgos
La salud de los corales se ha visto gravemente afectada por enfermedades y blanqueamiento, reduciendo la cobertura de coral del 19 al 17 % y presentando una mortalidad continuada, incluso luego del monitoreo.
Como aspecto positivo, se muestra que la biomasa de peces comerciales aumentó un 40 %, en gran medida debido a medidas de cumplimiento más estrictas. La biomasa de peces herbívoros también experimentó un aumento del 30 %; sin embargo, estos aún no alcanzan el tamaño o la edad correcta.
Las estadísticas de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) han mostrado pocos cambios, en particular en lo que respecta al porcentaje de las que gozan de protección total, lo que muestra que una aplicación más estricta de las normas parece haber dado fruto a una mayor biomasa de peces en las zonas totalmente protegidas y altamente protegidas.
Los altos niveles de nutrientes, particularmente en la región sur, y las concentraciones inaceptables de patógenos de las aguas residuales de origen humano siguen poniendo en peligro la salud de los arrecifes, generando preocupaciones sobre la calidad del agua.



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