Por: máster Jesús de las Heras 

Los años académicos universitarios han sido parte del quehacer institucional durante los últimos 18 años (a partir de su primera emisión en 2008) y la sociedad de Choluteca ha realizado la exaltación de dos importantes próceres de la historia nacional y centroamericana que corresponden a José Cecilio del Valle en 2016 y en el presente año a José Dionisio de Herrera. 

Por su parte, la Constitución de la República otorga a nuestra Universidad, mediante el artículo 160, la responsabilidad de contribuir a la investigación científica, humanística y tecnológica, la difusión general de la cultura y el estudio de los problemas nacionales.

Asimismo el programa prioritario Lo Esencial de la Reforma Universitaria, definido por la Comisión de Transición (en 2006), se estructura a partir de cuatro componentes: ética, identidad, cultura y ciudadanía.

Es así que durante el presente Año Académico Universitario se procura posicionar en la identidad Puma la figura de un importante personaje que ejemplifica los valores en el ámbito local, regional y nacional: José Dionisio de Herrera. Este año académico tiene por finalidad contribuir al rescate del pensamiento y obra de este personaje, centrado en su pensamiento y valores como una necesaria contribución al fomento y la promoción de la identidad nacional. 

Las actividades propuestas harán uso del arte, la ciencia y la cultura con el fin de transversalizar la cultura en la gestión académica como lo atestigua el lanzamiento del Año Académico 2025 desde el Campus Choluteca y que a lo largo del presente año posibilitará contribuciones tendientes al reconocimiento y valorización de José Dionisio de Herrera.

La conmemoración del Año Académico 2025 centra su atención en los componentes de promoción y estudio de su vida y obra para posibilitar la construcción de memoria institucional y nacional.

Conociendo Dionisio de Herrera

José Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle nació en la Villa de Jerez de Choluteca, el 9 de octubre de 1781, y estudió en la Universidad de San Carlos con maestros como Villaurrutia, Ramírez, Goicoechea y Cañas. Al retornar a Tegucigalpa en 1820, fue nombrado secretario del Ayuntamiento de Tegucigalpa por Narciso Mallol, cargo desde donde redactó el Acta de Independencia de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa “Viva la Independencia” el 28 de septiembre de 1821. En 1824 fue electo primer jefe del Estado de Honduras por la Asamblea Constituyente reunida en Cedros.

Sede de la Asamblea Constituyente de 1824. Tratamiento de imagen por Jesús de las Heras

Desde su actuación como primer jefe de Estado de Honduras, creó la primera división territorial en siete departamentos: Gracias, Choluteca, Olancho, Tegucigalpa, Comayagua, Yoro y Santa Bárbara. Asimismo creó el Escudo de armas y estableció en 1826 en cada una de las regiones de la Provincia de Honduras las “Tertulias patrióticas”, para analizar temas como la Constitución, la libertad y el nacionalismo. Y de igual forma, la UNAH en el presente realiza permanentemente vinculaciones con la sociedad con el fin de contribuir al desarrollo de la nación desde la academia.

Cabe resaltar que en 1829 el presidente de Centroamérica, José Francisco Barrundia, envió a José Dionisio de Herrera a pacificar Nicaragua, donde fue elegido Jefe Supremo del Estado de Nicaragua durante el período comprendido entre 1830 a 1833.

Imagen de José Dionisio de Herrera impresa en el billete de 10 pesos de Nicaragua.

Al regresar de El Salvador, desempeñó la vicepresidencia de la Asamblea Nacional, que dictó la Constitución Política de 11 de enero de 1839. Emigró a la ciudad de San Vicente, República de El Salvador, durante los últimos años de su vida dedicándose a la noble tarea como maestro de escuela, hasta el momento de su fallecimiento en el año de 1850.

De su legado podemos destacar su amplia cultura, sentido democrático y unionista con una visión progresista y ferviente deseo de educar, adelantándose a las mentalidades del tiempo en que le tocó vivir.

Pensamiento de José Dionisio de Herrera. Tegucigalpa, enero 27 de 1824.

“Avanza la Asamblea a pasos largos. La Ley de Asilo, la de libertad de los esclavos y otras consuelan a la humanidad y hacen honor a sus autores. Su lectura ha sido para mí el motivo mayor de regocijo que he tenido en mucho tiempo”.