
Periodista: Elin J. Rodríguez
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a través del Departamento de Historia, inauguró este 23 de septiembre el IV Congreso de Historia de Honduras, un encuentro académico que reúne a investigadores, docentes, estudiantes y especialistas nacionales e internacionales para reflexionar sobre los procesos históricos que han marcado al país y a la región centroamericana.
El evento, que se desarrolla del 23 al 25 de septiembre en Ciudad Universitaria y el Paraninfo Universitario del Centro Histórico, propone un diálogo entre la historia colonial, social, política, cultural y de género, con un enfoque que conecta el pasado con los desafíos contemporáneos.
La apertura estuvo marcada por un homenaje a la doctora Zulema Ewens y a la licenciada Sucelinda Zelaya, figuras destacadas en la formación y divulgación histórica en Honduras. Posteriormente, la doctora Xiomara Avendaño, investigadora de la Universidad de El Salvador, impartió la conferencia magistral “Liberalismo y catolicismo. El estado confesional en Centroamérica, 1821-1824”, una mirada a los dilemas fundacionales de las naciones centroamericanas.

Homenajeadas: doctora Zulema Ewens y a la licenciada Sucelinda Zelaya.
En su inauguración, la doctora Victoria Ponce, coordinadora general de Posgrados, en representación de la decana Facultad de Ciencias Sociales, Carmen Julia Fajardo, dijo que el congreso es el espacio académico para conocer resultados de investigación y una oportunidad para reflexionar sobre el lugar de la historia en la sociedad y el aporte de quienes se dedican a cultivarla con rigor y pasión. “La historia, lejos de ser un registro estático del pasado, es una disciplina viva que permite comprender los procesos que nos han configurado como nación”, subrayó Fajardo.
Por su parte Guillermo Varela, jefe del Departamento de Historia, dijo que este Congreso es un punto de encuentro donde diversos investigadores se reúnen para compartir el fruto de su esfuerzo y dedicación a la investigación de nuestro pasado.
Amplió que "en este espacio académico se presentarán 80 ponencias, 7 presentaciones de libro, lo que da cuenta de la riqueza del ejercicio científico que hemos venido a presenciar, compartir y debatir”.
El congreso ofrece siete mesas de trabajo que abarcan múltiples áreas:
- Historia colonial, con investigaciones sobre la resistencia indígena en la conquista, las dinámicas interétnicas y la minería en Yuscarán.
- Historia social y de género, que aborda desde la educación liberal decimonónica hasta la memoria oral de la guerra con El Salvador de 1969 y los movimientos sociales recientes.
- Historia cultural de la literatura y el arte, donde destacan estudios sobre religiosidad popular, cine, teatro y la estética de Pablo Zelaya Sierra.
- Historia política y económica, con análisis que van desde la anexión a México y el comercio con Gran Bretaña hasta el antimarxismo militar en los años ochenta.
- Historia local, ambiental y territorialidades, que explora desde la vulnerabilidad ante huracanes hasta el desarrollo urbano de Tegucigalpa.
- Memoria, identidad y patrimonio cultural, con investigaciones sobre cementerios históricos, patrimonio en pueblos mineros y símbolos como Lempira en la moneda.
- Reflexiones sobre el Bicentenario de la Constitución de 1825, centradas en los aportes de Dionisio de Herrera y la construcción del Estado hondureño.
Presentación de libros y conversatorios
El congreso también sirve como plataforma de divulgación editorial, con la presentación de obras como Esbozo socioeconómico de la Honduras Colonial (1520–1880), del doctor Luis Alberto Fuentes Mejía, La guerra civil de 1924 en Honduras, del escritor Pedro Quiel y Apuntes a lápiz. La concepción estética de Pablo Zelaya Sierra, del investigador Carlos Lanza.
El cierre estará a cargo de un conversatorio sobre los procesos constitucionalistas en Honduras (1825-2025), que pondrá en perspectiva dos siglos de construcción institucional.
Un espacio para pensar la nación
El IV Congreso de Historia de Honduras no solo se presenta como un encuentro académico, sino como un espacio de memoria colectiva y análisis crítico, donde la historia se convierte en herramienta para entender el presente y proyectar el futuro del país.



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