Cerebros podridos: la nueva definición para los adictos a las redes sociales y al placer

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Periódico: Elin Josué Rodríguez

El psiquiatra argentino, Federico Sproviero, profesor de la Maestría en Psicología Clínica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), durante entrevista en Presencia Universitaria, brindó una síntesis de la conferencia "Mentes adictas", donde señala cómo el ambiente moderno destruye la salud física y mental.

Sproviero dijo que el ambiente moderno nos está afectando a todos, citó a Anna Lembke, que define a nuestra generación como la “generación dopamina”, donde existe de manera obsesiva y compulsiva la necesidad de adquirir placer.

“Hay un desequilibrio, nuestro cerebro fue diseñado para adaptarse a un ambiente de escases y ahora estamos a un clic de recibir placer en las formas más simples que pueden haber, mismas que se convierten en adicciones”, dijo Sproviero.

El especialista dijo que estas adicciones que están a un clic son los alimentos, la industria gamer, las compras, las redes sociales y la pornografía. En cuanto a las redes sociales, Sproviero manifestó que el 85% de la población tiene como vicio Tik Tok, Instagram, Facebook y X, con muchas horas de consumo, sintomatología definida por la Universidad de Oxford como “cerebros podridos”.

Citando a Marian Rojas, psiquiatra española, manifestó que Tik Tok es una máquina de generar adictos, definió que una persona que consume tres horas y más en redes sociales ya puede ser diagnosticada con la sintomatología de cerebro podrido, misma que puede desarrollar TDH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), donde aumentan los problemas de atención y de memoria.

Dijo que entre más temprano se le dé un teléfono inteligente a los adolescentes, más problemas tendrán en lo académico y en las relaciones interpersonales, sumado a ello se les va alterando los cuatro pilares de la salud, que es la alimentación -no comen por estar con el teléfono-;  el sueño -no duermen lo necesario por estar frente a una pantalla azul-; el ejercicio -horas tras horas sin hacer nada más que ver el teléfono en redes sociales y juegos,  y el vínculo -no existe vínculo frente a frente-.

“La gente ya no mira a los ojos; los niños ya no miran a los ojos porque les da vergüenza, ya que la interacción principal de ellos es por medio de teléfonos celulares”, expresó el psiquiatra.

Planteó que esta adicción se termina desarrollando cuando se convierte en un hábito en las personas “si necesita chequear sus redes sociales muy a menudo, la adicción ya está”, lamentó Sproviero.

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