Amor en cada pastelito vendido
Maryuri Valladares, emprendedora de Benjelis

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Periodista: Katherine Ramírez 

Caminando por las calles de Ciudad Universitaria encontrarás a Maryuri Nicole Valladares ofreciendo pastelitos de piña y guayaba de su emprendimiento Benjelis, y si le comprás, la apoyás para que lleve el sustento a su familia y para que logre su meta: graduarse de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). 

Benjelis surge de la combinación de los nombres de mis papás: Benjamín y Elizabeth”, nos cuenta Maryuri, quien se encuentra cursando el último año de la Carrera de Mercadotecnia y en sus horas libres entrega amor en cada pastelito que vende en Ciudad Universitaria. 

Este emprendimiento forma parte de su forma de vivir desde el 2018, cuando materializó la idea bajo el sueño de ser dueña de su propio negocio impulsado por la situación económica familiar, llevando a la práctica el conocimiento recibido en un curso de panadería y repostería completo por un año en el Instituto de Formación Profesional (Infop). 

Gracias a Benjelis he podido sustentarme en el estudio y con eso he podido satisfacer todos los gastos de libros, transporte y más, porque no solo me ha ayudado con temas de la universidad, sino que también para sostener los gastos de mi casa, y así he podido suplir muchas necesidades”, comenta Valladares. 

"También gracias a Dios y a la universidad que nos permite a nosotros poder emprender y traer el producto aquí a vender. Mi mayor nicho de mercado siempre ha sido más que todo la Facultad de Ciencias Económicas, con el apoyo que he recibido como de los estudiantes como de los licenciados”, agregó. 

Antes de este emprendimiento intentó desarrollarse laboralmente en salones de belleza y en una empresa consultora de contadores, sin embargo, hacer el cambio a ser su propio jefe conlleva una serie de riesgos y responsabilidades que decidió transitar. 

“Tener un negocio propio tiene sus ventajas y desventajas, pero no es lo mismo hacer su propio dinero a trabajarle a otra persona; aunque sí es cansado, ya que durante la noche estudio, luego llego a casa a hacer el oficio. Al día siguiente hago la comida en la mañana, despacho los niños y vuelvo a producir para traer a vender a la UNAH, y así sucesivamente”, explicó Valladares. 

“El dinero de los productos que vendo me ha ayudado bastante a salir adelante, porque he buscado oportunidades laborales y no he obtenido oportunidades”, recordó la estudiante emprendedora. 

Ahora, con la visión y misión en este emprendimiento, Valladares se desempeñará como profesional brindándole más amor a su negocio, expandirse en diversas áreas como lo ha venido haciendo gracias al apoyo de los docentes de su Facultad, quienes prefieren la variedad de sus postres. 

Si quieres apoyar a Maryuri, puedes contratar sus servicios de bocadillos y postres al 3171-0405. “En la UNAH vendo estos pastelitos que son más accesibles para los estudiantes, desde 13 lempiras la unidad, 65 lempiras las 5 unidades y 130 lempiras la bandeja de 10”.