
Por Mario Barahona, director de Comunicación Estratégica
¿Qué significa la UNAH para el país y para quienes hemos tenido el privilegio de formarnos en ella? Cada septiembre celebramos un año más de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y este 2025 no es la excepción: 178 años de historia que nos invitan a mirar atrás con gratitud y a mirar hacia adelante con esperanza.
Pensar en la UNAH no es solo referirse a un campus, ni únicamente a un sistema universitario público. La UNAH es una experiencia de vida: un lugar donde miles de jóvenes encuentran oportunidades, donde las ideas se convierten en proyectos y donde la ciencia, la cultura y el pensamiento crítico están al servicio de la nación.
Como egresado, no puedo hablar de la UNAH sin recordar a mis docentes que dejaron huella, a los compañeros que hoy son amigos para toda la vida y a las lecciones que van más allá de un aula o de los libros. Aquí aprendí que el conocimiento no tiene sentido si no transforma realidades, y que servir al país es la mayor responsabilidad que llevamos como universitarios.
La UNAH está en los médicos que nos atienden, en los abogados que defienden derechos, en los ingenieros que construyen nuestras carreteras, en los maestros que forman a nuevas generaciones, en los investigadores que buscan soluciones y en los artistas que enriquecen nuestra cultura. La huella de la UNAH, simplemente, está en todas partes.
Esta noble institución que hoy conocemos no es la misma que me formó, ni la misma que abrió sus puertas en 1847. Se ha transformado con el tiempo, ha crecido, ha innovado, ha apostado por lo digital, por la investigación y por el compromiso con la sociedad. Esa capacidad de cambio es lo que la mantiene viva y necesaria, siempre fiel a su misión de servir al país.
Cumplir 178 años no es un acto ceremonial; es un recordatorio de que la universidad pública sigue siendo la gran esperanza de un país lleno de retos, pero también de sueños. Es la certeza de que Honduras puede construir un futuro más justo y con más oportunidades a través de la educación.
Hoy celebramos más que un dato: celebramos la constancia de una institución que nunca ha dejado de creer en que la educación es el camino para transformar vidas. Y celebramos también el orgullo de ser parte de esta historia, ya sea como estudiante, como docente, como graduado o como servidor público.
La UNAH no solo nos ha dado títulos, nos ha dado identidad. Y esa identidad nos recuerda que cada paso que damos en nuestra vida profesional es también un aporte al país que queremos construir.
Este aniversario es, al mismo tiempo, un recordatorio y una promesa. Nos recuerda todo lo que hemos avanzado y nos compromete a seguir adaptándonos para responder a las necesidades de la sociedad. Lo más importante es que la universidad nunca pierde de vista su razón de ser: servir a Honduras. Cada logro, cada graduación, cada proyecto y cada investigación tienen como meta mejorar la vida de las personas. Y ese compromiso es el que hace que la UNAH siga siendo la institución más importante del país.
¡Felicidades, Alma Máter, por 178 años de historia, servicio y transformación!


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