Invitación cordial a la inversión en salud
Dr.Luis J. Pinto

Autor: Dr. Luis J. Pinto

Posgrado de Medicina Interna; Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM)

Egresado carrera de Medicina y Cirugía UNAH

Becario Hondufuturo

Becario 20/20

 

El  8 de febrero de 2022, un grupo de médicos especialistas Hondureños, aceptados en diversas subespecialidades en hospitales de renombre en Mexico,  someten a consideración de la presidenta de la republica, Xiomara Castro y el ministro de salud José Manuel Matheu , un escrito detallando las dificultades económicas que enfrentan al querer emigrar a otros países para obtener una sub especialización medica, teniendo que incurrir en deudas onerosas con la banca privada para financiar estos estudios que en casi todos los casos son líneas prioritarias para el desarrollo y salud del pueblo Hondureño.

 

Las subespecialidades medicas en nuestro país son un recurso escaso que exhibe cada año una demanda que aumenta exponencialmente y cuyo crecimiento no esta ni marginalmente equiparado. Son anecdóticos los relatos de pacientes en consultas externas en hospitales públicos que esperan meses e incluso mueren antes de recibir una consulta con una subespecialidad.

 

Tomando en cuenta los 8 años de formación de pregrado en medicina general en nuestro país, un medico subespecialista totaliza como mínimo 14 años de estudio a nivel superior, realizado en los principales centros asistenciales públicos del país y del exterior en condiciones adversas y de sobrecarga laboral; el promedio de edad a su egreso oscila entre los 32-36 años y con una deuda superior a los 600 mil lempiras.

 

En años recientes, una serie de instituciones publicas y privadas han impulsado programas de financiamiento en modalidades préstamo beca y beca para sufragar los costos derivados de estancia, matricula y alimentación. Lo anterior representa un avance, pero la comunidad medica sigue pagando altos aranceles a su retorno al país.

 

Estos reclamos son enmudecidos por una sociedad que reclama a la comunidad medica los altos costos impuestos y/o derivados de la atención privada, y la mala calidad de la atención publica con justa razón; una sociedad que tilda a los médicos de ser una clase económicamente privilegiada y de gozar de dispensas. En cuyo caso y con lo anterior excluyendo por omisión o voluntad propia que los mismos derivan de las presiones de mercado y la saturación de las consultas publicas, dando como resultado que un medico de subespecialidad atienda entre 15 y 25 pacientes por jornada laboral; situación que bajo cualquier estándar es atroz y que resulta lesiva no solo para el medico sino para el paciente que necesita de una valoración personalizada.

 

El tejido primordial de la profesión medica es la beneficencia. En todos los casos y sin excepción alguna el medico actúa a favor de la salud, desconociendo de márgenes, réditos, costos, dividendos o conveniencias; entendiendo solo de intervenciones y cuidados necesarios para salvaguardar la vida de los pacientes y con esto elevándolos desde la profesión, oficio o el lugar mas recóndito y humilde que ocupen, a elemento cardinal de la nación. La equidad en salud es también justicia social ya que contribuye a disminuir las diferencias injustas y remediables entre los diferentes grupos sociales. Por tanto, el beneficio se vuelve multidimensional y repercute en todos los ámbitos.

 

La problemática expuesta en esta misiva invita a una autorreflexión colectiva, que debe y debería calar en el albor de este nuevo gobierno. La inversión en salud y en su capital humano debe de ser tenaz. Se invita cordialmente al nuevo gobierno y al ministerio de salud a dar este respaldo necesario al pueblo Hondureño.