Lalo Rojas, compositor costarricense que trabajó de la mano con la leyenda Rubén Blades, comparte su pasión por la música como docente de la UNAH
Lalo Rojas Quezada. Fotografías cortesía Insax, cu
Lalo Rojas Quezada. Fotografías cortesía Insax, cuarteto de saxofón de Costa Rica.

Periodista: Jorge Ramírez

Con más de 40 años de trayectoria en el mundo de la música, en la que participó en numerosos conciertos, giras y clases magistrales tanto por Europa, Estados Unidos y en América Latina; experiencia que además lo llevó a trabajar a la par de artistas de renombre como: Peter White, Diego Urcola, Ignacio Berroa, Armando Manzanero, el grupo musical cristiano Torre Fuerte de México, Danny Rivera, Andy Montañez, Marco Pignataro; hasta alcanzar grabar varios discos ganadores del Grammys con el destacado compositor panameño Rubén Blades; el maestro Gerardo José “Lalo” Rojas Quezada, desde el año 2016 asumió el compromiso de dedicarse a transmitir sus conocimientos en la Carrera de Música de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Este amante de la música clásica, del jazz, el pop y de otros géneros como: latino, afrocaribeño y de la música celta, es originario de la comunidad Alajuelita, ubicada en la provincia de San José, Costa Rica. Lalo es hijo del reconocido guitarrista costarricense Gerardo Rojas (Lalo Rojas, padre) y la señora Esther Quezada; y hermano Gilberto Rojas, también musico.

Desde niño, Rojas demostró que su habilidad de transmitir sus sentimientos y emociones a través de las ondas sonoras, símbolo que la música ya lo traía en su ADN, debido que venía de un árbol genealógico de solo artistas, explicó que su abuela materna, junto a sus dos hermanas, fueron consideradas como el primer trio femenina en Costa Rica en dedicarse a la música. 

“Mis padres me contaron que en aquella época un profesor que se llamaba Flavio, a quien le gustaba el clarinete, viajaba desde la ciudad de San José hasta Alajuelita montado en un caballo, con el propósito de enseñarle a leer e impartirles clases de música a mi abuelita, como a sus dos hermanas, fue así que surgió un trío de mujeres que tocaban la guitarra, el clarinete y la mandolina. En mi caso particular, mi madre me relató que cuando yo tenía mis primeros años de vida antes de hablar tarareaba una melodía que estaba escuchando en la radio”, reveló el académico.

Comentó que a medida que él iba creciendo, su papá tenía la vaga idea de prepararlo para el mundo de los deportes, razón por la que le había comprado toda la indumentaria y accesorios necesarios para la práctica del fútbol, sin embargo, dicha inversión fue de vano porque él nunca dio “bola”, ya que sus planes era darle respuesta a esa necesidad de estudiar música.

“Me encantaba tocar la guitarra, recuerdo que me compraron un órgano maraca Yamaha y fue así como mi papá me enseñó mis primeros acordes, mis primeras canciones. Agradezco a Dios que para esa época en mi casa nunca decidieron comprar videojuegos, eso me orientó a sumergirme en la música. Además, tenía en casa el mejor ejemplo a seguir, mi propio padre, quien destacó por conformar una agrupación muy famosa en los años 70 en Costa Rica que se llamó “Trio Los Millonarios". Mi papá actualmente tiene 85 años y él sigue tocando”, agregó.

Ambiente familiar

Resaltó que los momentos que más disfrutó en su niñez eran cuando sus papas junto a su hermano Gilberto, sentados en los sillones de la sala de su casa, dedicaban horas y horas para cantar a tres voces miles de canciones y que de esa misma manera las fiestas familiares eran atípicas porque sus demás tíos también son músicos, donde el canto y el baile era muy común.

Para su etapa de la adolescencia y juventud, Lalo Rojas mencionó que como sus padres vieron todo el talento que traía desde niño decidieron matricularlo en clases de música en el Programa Juvenil de la Orquesta Sinfónica Nacional (hoy conocida como el Instituto Nacional de Música) donde aprendió flauta dulce, violín y en especial el saxofón.

Alumno de los maestros Teruel

“En Costa Rica, curiosamente llegué a tener dos maestros hondureños extraordinarios que me marcaron para toda la vida, ellos son Hernán Teruel y su hermana Ernestina Teruel. Recuerdo que en el primer año estudié flauta con el profesor Hernán, con la maestra Ernestina recibí mis clases de solfeo. A ella le estaré agradecido siempre porque, aparte de brindarme las clases oficiales, dedicó muchísimo tiempo extra para poder adelantarme dos años más en la carrera. Después llevé un año de violín con un profesor japonés que se llama Tetsu Yagi, para ese entonces no me gustaba el violín y le pedí a mi papá que solicitara que me cambiaran a otro instrumento y por casualidad caí en el estudio del saxofón, porque que era el uno espacio que había en la Sinfónica Nacional”, indicó.

Una vez en el saxofón Lalo Rojas dijo que este noble instrumento, al no tener cabida en la música clásica, solamente cuando se monta un evento de exposición de cuadros o cuando se toca el bolero de Ravel, lo llevó a incursionar otros caminos en la música, ya que este instrumento se volvió muy popular discográficamente para los años 80 y 90.

“Para esa época me comenzaron a ocurrir cosas muy fascinantes con el saxofón, un día llegó a la iglesia que asistía el grupo famoso Torre Fuerte, ellos me escucharon tocar y les gustó, por lo cual realicé dos giras con ellos por Suramérica, estuve en Chile, en Argentina, en varias ciudades, después realizamos una segunda gira por toda Centroamérica. Pasando por Guatemala con la agrupación mexicana conocí más personalidades, grabé con otros artistas entre ellos Carlos Alvarado”, narró Lalo.

Ganador de dos becas de Berklee

Otro de los logros alcanzados por este destacado compositor costarricense fue cuando cumplió los 18 años de edad, al recibir dos certificados de becas por parte de Berklee Global Jazz Institute, Estados Unidos, institución que recluta los músicos más talentosos, sin embargo, por considerarse muy joven lastimosamente rechazó la oferta para ese entonces.

“Para el año 1998 tenía un proyecto musical que se llamaba “Sexteto de Jazz Latino” esto me permitió grabar un disco con una agrupación famosa en Costa Rica que llevaba por nombre “Editus” unimos esos dos grupos y formamos una nueva agrupación de que se llamó “Editus Ensamble”. Este nuevo grupo fusionado lo contrató el cantautor panameño Rubén Blades, con quien trabajamos por el lapso de 10 años. Estando allí participamos en un disco que se llama “Tiempos”, ganador de un Grammy, como otro disco que se llama “Mundo”, que obtuvo dos Grammys. El último concierto con el maestro Rubén Blades lo hicimos para el año 2007”, reveló Lalo.

Con esta experiencia de éxito alcanzada con el maestro Rubén Blades, el académico de la UNAH detalló que le permitió conocer varias partes del mundo, llevando su música en diferentes ciudades de Europa, Estados Unidos y por casi toda América Latina y El Caribe.

“Tocamos en escenarios famosos de Estados Unidos como el Carnegie Hall en Nueva York donde nos llegó a ver Paul Simon, asimismo tocamos en el Highland, en el Apolo City, en el Fitzgerald, teatros donde llegaron a tocar famos como Thelonious Monk, Elvin Jones, entre otros, estuvimos en el anfiteatro Hollywood Bowl, alternábamos con Benito Marsalis, Los Flecos, como otros artistas más. Además, tocamos en conciertos con la cantante cubana Celia Cruz, alternábamos con artistas como Oscar de León, Steve, estuvimos en el Festival de Jazz de Montreux, Suiza, allí alternábamos con Jussun Dool, artista africano y con Lionel Richie, incluso llegaba Phil Collins a saludar a Rubén Blades al camerino, fueron momentos impresionantes”, comentó Rojas.

Para esa misma temporada mencionó que como agrupación se dedicaron a grabar un programa televisivo que fue transmitido por la BBC, espacio en el que llegaron a coincidir con la pianista y cantante de música jazz canadiense Dianna Kroll, con Gilberto Santa Rosa, entre otros artistas de talla mundial. Sobre toda esta vivencia artística Lalo Rojas la describió como “inconmensurable”.

“Conforme me hago viejo me doy cuenta lo grande que fue esa experiencia musical, considero que por ser muy joven e inocente no sabía la magnitud de esa oportunidad. Hoy la tengo como un recuerdo que atesoro y que agradezco porque esto me preparó para la etapa que venía después”, agregó.

Summa Cum Laude en Puerto Rico

Después de recorrer el mundo para el año 2010 Lalo Rojas tomó la decisión de completar sus estudios en el Conservatorio de Música de Puerto Rico con la meta de cursar la Licenciatura en Ejecución del Jazz y Música Caribeña con especialidad en saxofón.

“Gracias a que conocí a Marco Pignataro en un festival de jazz en la ciudad de Panamá, quien actualmente es director de “Berklee Global Jazz Institute”, recuerdo que él en aquel momento me dijo: -véngase a estudiar conmigo a Puerto Rico- y yo le respondí: -maestro, no me diga eso, mire que yo soy loco y yo si me voy- fue así como decidí estudiar mi carrera de estudios superiores en la isla caribeña, donde obtuve la dicha de egresar con la máxima distinción honorífica de Summa Cum Laude."

Sobre este logro más, Lalo Rojas manifestó que le ayudó muchísimo para complementar toda su experiencia artística con conocimientos teóricos, alcanzando a esclarecer un sin número de dudas que había surgido en el camino de la música y que posteriormente audicionó para ingresar a Berklee Global Jazz Institute, pero al final decidió no endeudarse, ya que no ambicionaba continuar viviendo en Estados Unidos.

“Me regresé a Costa Rica donde trabajé aproximadamente un año dando clases en escuelas públicas. Luego me enamoré de una costarricense que trabaja en Honduras y el amor mi hizo venirme a vivir a este hermosísimo país en el año 2013. Luego me casé y estando radicado en tierras catrachas me dediqué, en un inicio, hacer diferentes presentaciones, a brindar clases privadas. Para el año 2016 me salió esa oportunidad hermosísima, que atesoro y agradezco con todo mi corazón, de ser docente de la clase de saxofón en la UNAH, esto me ha permitido realizarme como ser humano, a vivir la mejor etapa de mi vida, porque ahora estoy compartiendo toda mi experiencia y conocimientos a las nuevas generaciones, con le meta de obtener frutos ya que estamos sembrando en tierra fértil”, aseveró Lalo Rojas.

Considero que lo más importante para encontrarle un motivo a la vida es convertirse en una persona útil, cuando una persona siente es necesario (indispensable) para alguien o que es de beneficio para alguien, haciendo una diferencia, llenando un espacio, que tiene un valor, que está marcando una diferencia, que genere un impacto, eso le da un sentido a la vida.

“Sentir que uno está influyendo en un grupo de personas uno se motiva y dice –tengo que seguir viviendo- es decir, es una buena razón para existir, encontrando ese compromiso con la academia, asumiendo el papel que a uno le toca”, enfatizó.

Fue del parecer que a pesar que el jazz nació en Estados Unidos como un género creado por emigrantes negros en la ciudad de Nuevo Orleans y del resultado de toda una diversidad cultural, durante su recorrido histórico se ha demostrado que es un género musical inclusivo.

“El jazz no es elitista, es un género que le abre los brazos a cualquier persona, fomenta la curiosidad, la improvisación, es un género que evoluciona constantemente, es decir, tiene un montón de conceptos y valores muy interesantes, une razas, une géneros, promueve el trabajo en equipo, hacer música juntos hace que una persona entienda que el colectivo es lo más importante, estimula la solidaridad”, agregó el docente de la UNAH.

Reencuentro en Honduras

Asimismo, resaltó que una vez contratado como docente de la UNAH, el destino le tenía preparado una nueva sorpresa más, debido que se volvió a encontrar a sus dos maestros hondureños que forjaron sus conocimientos en su país natal.

“Tuve el honor de ser compañero de trabajo en la UNAH de mis antiguos maestros, fue una emoción increíble cuando los volví a ver, se me salieron las lágrimas de la alegría, lastimosamente ellos ya no se acordaban de mí porque cuando ellos fueron mis profesores apenas era un niño. A ambos les revelé que ellos marcaron positivamente mi vida y que tenía muy buenos recuerdos. Considero que volvérmelos a encontrar fue un detallazo de la vida, fue una experiencia muy linda”, comentó el destacado compositor costarricense.

Como parte de sus reflexiones a lo largo de este recorrido artístico, que le permitió alcanzar importantes logros musicales, Lalo manifestó que ahora es una persona adulta, con mayor convicción y mayor vehemencia dice: que lo más significativo de su carrera han sido ese contacto humano, conocer nuevos amigos, debido que esa relación interpersonal es la que transforma al artista.


Galería de imágenes

275875290 363733209092029 8052374303628127316 n Lalo 2 Lalo 3 Lalo 4 Lalo