Alfa Karina Arrué, primera salvadoreña en escalar el Everest: una mujer de alturas

Periodista: Keylin Espinoza, Presencia Universitaria

Perseverancia, pasión, dedicación y disciplina, son las características que definen a todo gran deportista, con esas cualidades precisamente se puede describir a Alfa Karina Arrué, primera persona nacida en El Salvador en escalar el monte Everest, la montaña más alta del planeta, situada a 8,849 metros sobre el nivel del mar.

Dicha hazaña la conquistó en mayo de 2022, y ahora tiene planes para escalar K2, montaña que pertenece a la cordillera del Karakórum, en el sistema del Himalaya, la cual es la más peligrosa del mundo, hecho que la catapultará como la primera centroamericana en lograrlo.

“Después de enfrentar una montaña así y estar frente a la muerte, cualquier problema se ve pequeño. Everest me dejó una gran lección, y es que los sueños sí se hacen realidad”, relató Arrué. Si duda fortaleza, fuerza y resistencia física y mental entran en juego para lograr éxito en el montañismo.

“Siempre me han gustado los deportes y la actividad física, pero el montañismo deja además lecciones de vida, va más allá de las características esenciales de practicar deporte. La montaña es un deporte de alto riesgo, que lo enfrenta a uno con la muerte; en otro deporte, si uno no se prepara, pierde y ya; pero en el montañismo, si no se está preparado, uno se puede morir”, detalló Arrué sobre la sensación que le provoca practicar montañismo.

“Cuando yo inicié este proyecto tenía claro tres objetivos: en primer lugar, quería llevar la bandera de mi país a lo más alto el mundo, en segundo buscaba dar a conocer a mi país por las cosas buenas, y en tercer lugar buscaba servir de ejemplo para las niñas y mujeres de mi país”, expresó sumamente emocionada Arrué, digna hija del país más pequeño de Centroamérica, según su densidad territorial, pero nación grande por su gente y sus recursos naturales.

Para la expedición al Everest, en mayo de 2022, Arrué contó con el financiamiento del Instituto Nacional de los Deportes (INDES) de El Salvador para cubrir parte de los costos de su expedición; a su regreso INDES le otorgó un reconocimiento y además fue declarada “Hija Meritísima de El Salvador”.

Originaria de Santa Tecla, El Salvador, Arrué, quien lo logró en su segundo intento (en el primer intento la expedición fue golpeada por dos ciclones) es la tercera mujer centroamericana que ha logrado la hazaña de escalar el Everest, lo que la une a las guatemaltecas Andrea Cardona (al tercer intento) y a Bárbara Padilla (al cuarto intento).

Antes del Everest, la deportista salvadoreña ya había logrado conquistar las cumbres más importantes de América, entre ellas el Cerro Aconcagua, en Argentina (6,982 metros), el Volcán Chimborazo, en Ecuador (6,268 metros), el

Nevado Pisco, en Perú (5752 metros), el Volcán Citlaltépetl, en México (5,650 metros), y el Volcán Ilamatepec, en Santa Ana, El Salvador (2,381 metros). El reto de Llamatepec consistió en ascender 24 veces al cráter, para sumar 10,800 metros de desnivel positivo.

“Haberlo intentado por primera vez y no haberlo logrado por clima, junto a la presión de tener un patrocinador, era mi motivación. Sí tuve miedos, en cada una de las etapas que pasé recordé mucho a la gimnasta rusa Nadia Comăneci, la primera que se sacó un 10 en unas olimpiadas. Yo me iba muriendo de miedo, pero me decía a mí misma: debo hacerlo, rendirme no es opción”, subrayó la deportista de alto nivel.

Arrué relató que tuvo muchos miedos y dificultades, como el temor a caer en abismo, quedar soterrada por una tormenta o desvanecerse por la poca alimentación, pero transformó todos esos temores en combustible positivo para seguir adelante, en una lucha física, espiritual y mental para lograr el objetivo y conservar su propia vida.

Entre los planes de la montañista, quien ya estuvo de visita en Honduras (llegó a Pico Bonito, Celaque, Cerro de Las Minas, Cayos Cochinos, Copán, Tela), destaca la publicación de un libro biográfico, el cual ya está por terminar; además Arrué escribió un libro para niños y otro para adolescentes; sobre el libro infantil, según Arrué, está en conversaciones finales con el ilustrador.

Tuvo su primer contacto con las montañas durante su niñez, con el ascenso a El Boquerón, de San Salvador, mientras perteneció al movimiento scout. Luego en la adolescencia dedicaba cinco horas a realizar actividades físicas como correr, jugar baloncesto y surfear, en lo que estuvo involucrada casi cuatro años.

La montañista es abogada y notaria. En el 2002 se graduó de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Luego, en 2008, realizó una especialización en Desarrollo Local en la Universidad Pablo de Olavide, de España, a lo que se agrega una maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos.

A la fecha, cinco salvadoreños intentaron escalar el punto Everest: Camila Palomo, Connie Sol y Adriana Sol en 2018, mientras que Liss Nieto y Eduardo Nieto intentaron en 2019, sin embargo, ellos solo lograron llegar al Campo Base Sur del Monte Everest (5,364 msnm) en Nepal, en donde se puede tener acceso haciendo trekking turístico, sin necesidad de un permiso de montañista profesional.