Para reducir la brecha educativa durante la pandemia, las universidades tienen la responsabilidad de mirar fuera de sus paredes: profesor-investigador de Harvard

Nota publicada en: Presencia Universitaria 

Para el profesor, investigador y director de la Maestría en Política de Educación Internacional de la Universidad de Harvard, Fernando Reimers, uno de los grandes desafíos que deben asumir las universidades en el mundo en el contexto de la pandemia es trabajar para la reducción de la brecha educativa a través del fortalecimiento de la investigación científica y de vinculación Universidad-Sociedad.  

Lo anterior lo dio a conocer en la conferencia "El papel de la universidad en la innovación educativa a nivel escolar" en el marco de la XI Jornada Virtual de Innovación Educativa 2020, encuentro organizado por la Dirección de Innovación Educativa (DIE) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) https://die.unah.edu.hn/jornada-innovacion-educativa/transmision-en-vivo 

El conferencista compartió con la audiencia su experiencia como investigador de una de las universidades más prestigiosas a nivel mundial y como autor de una serie de libros que se centran en el tema educativo a lo largo de una hora. Asimismo, habló sobre su papel como docente universitario frente a la actual crisis sanitaria, los retos y desafíos que le ha tocado enfrentar al momento de pasar de una enseñanza presencial a la virtualidad.  

Reimers comentó que a inicios de este año tenía planificado realizar un viaje a México para la presentación de uno de sus libros, sin embargo, uno de sus colegas de la escuela de salud pública le recomendó que pospusiera su visita y que no realizara ningún viaje por lo menos en los próximos 18 meses, debido a las primeras noticias del coronavirus, cuando aún no se estaba muy claro que fuera una pandemia.  

“Esto me hizo darme cuenta de que no contábamos con un conocimiento de cómo hacer que la educación funcione cuando no nos podemos reunir físicamente (en un contexto de pandemia de COVID-19), entonces, llamé a varios colegas de instituciones educativas de desarrollo internacional y dije 'oye, creo que aquí va a ver una enorme urgencia en todas las decisiones educativas para entender que hacemos'”, detalló el experto.

Amplió que la única información con la que se contaba más cercana era el caso de Liberia con el ébola pero que era a nivel de comunidad y la ocurrida hace 100 años a nivel global con la pandemia de la gripe española en 1918. Por lo anterior, comenzó a realizar una investigación a nivel de diagnóstico para conocer las necesidades, si existían algunos planes educativos en contexto de pandemia por parte de los ministerios de educación en la región, que dificultades se estaban anticipando, etc.  

Alrededor de esa misma fecha, en el período en que la pandemia fue decretada, comenzaron a realizar una serie de foros de manera virtual con la participación de 3,000 a 5,000 personas, ya que todos estaban buscando respuestas o una orientación para responder las preguntas: ¿Cómo hacemos?, ¿Cómo enseñamos?. En este contexto tan difícil se identificó un futuro muy oscuro donde se avizoraba un aumento de las desigualdades educativas, máximo en aquellos países donde ya se venía viviendo crisis en esta área.    

Buenas ideas  

El doctor Reimers dijo que el que replicar este escenario no era demasiado útil, por lo que determinaron reorientar sus investigaciones para dar a conocer aquellas iniciativas que estuvieran tratando de brindar contenidos educativos en medio de las mayores dificultades y se sumaron a este esfuerzo a personas del Banco Mundial y de una organización no gubernamental de Finlandia, permitiendo realizar más de 30 estudios de casos a lo largo de tres meses, documentando proyectos municipales, nacionales y estatales.  

“El caso de Bogotá, Colombia, es una maravilla. Cuando la pandemia ocurre la secretaría de educación convocó a una reunión virtual a todos los directores de escuela, a todos los maestros, donde dijo: miren, yo no sé cómo vamos a seguir enseñando, pero hay que seguir enseñando y yo necesito que lo venzamos juntos. Ella lo que comunicó fue una vulnerabilidad, comunicó que no tenía la respuesta, pero sí la disposición de crear las condiciones para que todos juntos se apoyaran”, relató.

El profesor e investigador de la universidad estadounidense resaltó que esta iniciativa recibió el apoyo inmediato de una universidad mediante la habilitación de una plataforma web que permitió el fortalecimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Dicho proyecto posteriormente se convirtió en la política nacional, calificándola como un buen ejemplo de un buen liderazgo que dio paso a la creatividad e innovación educativa. También presentó otros proyectos que son buenas ideas meritorias de su réplica.  

Papel de las universidades  

Ante este contexto el investigador señaló que si bien es cierto la pandemia es una situación fuera de nuestro control, desde la academia nos queda la opción de preguntarnos: ¿cómo miro el desafío o desde qué perspectiva? o ¿dónde están las oportunidades en este contexto?. 

“Porque no hay duda de que, en este contexto de la pandemia, como señala un artículo en el último número de la Revista Asuntos Internacionales, va a significar múltiples crisis financiera, y no hay duda de que viene una enorme recesión económica global, una gran austeridad, en América Latina seguramente peor a la época perdida de los años ochenta”, expresó el académico.  

Agregó que la pandemia ocurre encima de una serie de desafíos educativos que ya existían: una crisis de deficiencia de los sistemas educativos de aprendizaje en todo el mundo, una crisis de inclusión social, una crisis de competitividad, una crisis social del funcionamiento de la sociedad, de desintegración de muchas sociedades, una crisis de gobernanza democrática y una crisis de cambio climático.  

“…Este libro sobre la educación de cambio climático, publicado hoy, habla en particular sobre el papel de las universidades, y esto es lo que quiero destacar hoy, porque en el mundo donde hay más de 28 mil universidades, las universidades, cada una con sus condiciones, tienen mucha más capacidad institucional y muchos más recursos, que la escuela mejor dotada. Por lo tanto, yo creo que las universidades tienen la posibilidad de ayudar a las escuelas, hacer lo mejor posible, para construir mejor, para hacer de esta pandemia la posibilidad yacimiento educativo”, opinó el experto.  

Sobre la tesis de este libro, explicó, que las universidades tienen la responsabilidad de mirar fuera de sus paredes y de preguntarse qué toca hacer para mitigar el impacto, el sufrimiento humano que está causando esta calamidad. Que la respuesta podría estar mediante las alianzas con todos los niveles educativos: universidades, educación primaria y secundaria con el fin de trabajar en equipo para reducir la brecha educativa.  

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