Por Rolando Sierra (Director de FLACSO Honduras)
La muerte de Guillermo David Molina Chocano, el día 20 de mayo del 2015, representa para las ciencias sociales de Centroamérica y de Honduras una gran pérdida. Ha sido uno de los primeros hondureños en realizar estudios formales de sociología y que ha jugado un papel muy importante en la institucionalización, enseñanza e investigación de la sociología en la región. Nacido en Tegucigalpa, el 7 de octubre de 1945. Hijo de Armando Molina Chocano y Gabriela Molina de Chocano, fue maestra de la antigua Escuela Normal de Señoritas en Comayagüela, era ascendiente del escritor peruano José Santos Chocano.
Debido a los trabajos de sus padres su infancia transcurrió en varios países latinoamericanos como Perú, El Salvador y Costa Rica en donde realizó los estudios primarios. Estudió la licenciatura en sociología en la Pontificia Universidad Católica del Perú y realizó estudios de post-grado y de doctorado en ciencias sociales y políticas e investigación sobre América Latina en la misma universidad y en la Universidad Libre de Berlín Occidental. Durante sus estudios y primeros años de trabajo en Perú tuvo un acercamiento a la obra de los existencialistas cristianos como Gabriel Marcel, al pensamiento de Pablo Freire, a la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez y sobre todo a la teoría de la dependencia latinoamericana.
Al hacer una mirada retrospectiva a la vida de Guillermo Molina Chocano no cabe duda que se está frente a una persona, utilizando la conceptualización de Hana Arentd, con una vida activa. Ello implica que lo más propio de la condición humana es su capacidad de comenzar algo en el mundo. Los hombres son seres que se fijan objetivos, se proponen fines. Plantearse estos objetivos y fines es vivir conforme a lo que esta autora llama vida activa, acción. Esta ha sido la vida Molina Chocano de comenzar múltiples iniciativas, proyectos y realizaciones académicas y de desarrollo.
En el comenzar de Molina Chocano es de destacar lo realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras UNAH, institución a la que estuvo ligado hasta su muerte, contribuyendo al desarrollo de las ciencias sociales en la creación y consolidación del departamento de ciencias sociales, fue cofundador de la Maestría Latinoamericana de Trabajo Social de la de la UNAH (1978- 1979) y director de la misma en el convenio UNAH-CELATS entre 1982 a 1986. También fue co-fundador del Post-Grado Centroamericano en Economía y Planificación del Desarrollo. A nivel centroamericano fue Director del Programa Centroamericano de Ciencias Sociales y Secretario General de la Confederación Universitaria Centroamericana (CSUCA) con sede en San José de Costa Rica entre 1975 y 1979. Miembro del Consejo Consultiva de FLACSO-Honduras y coordinador de la mesa sobre formación de docentes e investigadores en ciencias sociales.
Como docente formó a distintas generaciones de cientistas sociales en Centroamérica y Honduras. Fue profesor Visitante de la Universidad de Costa Rica (1976-79), Florida International University (1984-1988) y Universidad Libre de Berlín (1980) en los temas sobre desarrollo económico y social de Centro América y América Latina y de tendencias actuales de las políticas sociales y el desarrollo social.
En el campo de la promoción del desarrollo socioeconómico realizó significativos aportes como fundador y Secretario General del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (CEPROD), organización privada de desarrollo fundada en 1980 en Tegucigalpa, Honduras y como Ministro de la Secretaría de Planificación, Coordinación y Presupuesto SECPLAN entre 1994 y 1996 y posteriormente como Ministro de la Secretaría Técnica y de Cooperación Internacional SETCO entre 1997-1998, durante el Gobierno Constitucional del Presidente Doctor Carlos Roberto Reina (1994-1998).
Molina Chocano fue un infatigable investigador de la historia y sociedad centroamericana y hondureña, legando, desde ya, una serie de publicaciones y ensayos de interpretación de las sociedades centroamericanas. Cuando retornó a Centroamérica a inicios de la década de los setenta del siglo XX se convierte en un verdadero renovador de las ciencias sociales y los estudios históricos no sólo porque introduce la teoría de la dependencia en el análisis sociológico e histórico, sino porque logra transitar del ensayo social a una sociología científica y académica.
Puede decirse que Guillermo Molina Chocano rápidamente se convirtió en un referente de la sociología centroamericana y hondureña. Sus líneas y trabajos de investigación se centraron primero en el análisis de la sociedad centroamericana y hondureña desde la teoría de la dependencia, a partir de de la década de los ochenta en el estudio de los procesos de transición política y durante los noventa investigo sobre los ajustes estructurales a la economía y su impacto en la pobreza rural. Así mismo estudio el desarrollo de las ciencias sociales en la región, los problemas de la juventud y la cooperación internacional para el desarrollo.
Así en su obra publicada sobresalen sus trabajos: Integración Centroamericana y Dominación Internacional(EDUCA, 1975); Estado Liberal y desarrollo capitalista en Honduras (BCH, 1975, UNAH, 2008); Centroamérica: la crisis del viejo orden, Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, 1981; Honduras: La coyuntura política más reciente (1979-1981, MLTS, Tegucigalpa, 1982; De la guerra civil al reformismo militar (1925-1973), en América Latina historia de medio siglo, Pablo Gonzales Casanova (coord.), Editorial siglo XXI UNAM, México 1987; Gobernabilidad y efectividad en el desarrollo, en Gobernabilidad, Instituciones y Desarrollo en América Latina y Honduras, Marco A. Moreno (ed), INDES, Tegucigalpa, 2004. Co-autor del libro Tres décadas de transición Política en Honduras, coordinado por Antonio Murga y Julieta Castellano, Tegucigalpa editorial universitaria, 2012.
En la obra de Molina Chocano se encuentra un cambio paradigmático dentro de los estudios históricos y sociales. Analizó el pasado más allá de una perspectiva puramente política, al enfocarse en sus estructuras económicas, sociales y demográficas; desde una perspectiva teórica como la dependencia, superando el positivismo de la generación fundante de historiadores y el marxismo de una segunda generación.
No cabe duda que desarrolló una vida activa en el campo intelectual y en su compromiso ciudadano con Centroamérica y Honduras, llegando a redondear «La gran edad», que, según algunos, constituyen los siete decenios de la vida.
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