Cuando en 1940 se fundó la Escuela Nacional de Bellas Artes, el país contaba con una serie de programas educativos en las artes que no habían durado más de cinco años. La mayoría eran privados. En 2015 esta institución celebra la trayectoria que a lo largo de 75 años le ha permitido ser la única institución pública del país a cargo de la formación de los artistas plásticos de Honduras.

Por su parte, el Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH) ha trabajado desde sus inicios con la ENBA en una alianza estratégica de colaboración. Como un aporte a los actos de conmemoración, este centro cultural universitario inició el año con la conferencia ENBA: 75 años de vida y arte, a cargo del historiador Joel Barahona.

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 A continuación, compartimos su ponencia:

La Escuela Nacional de Bellas artes (ENBA), 75 años de vida y arte

El 1 de febrero de 1940 fue fundada la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), única escuela pública especializada en la enseñanza de las artes plásticas en Honduras. Su fundación es un hito en la historia de la plástica hondureña. En sus 75 años de existencia ha formado la mayoría de artistas hondureños, logrado por el interés y la vocación de maestros y alumnos por igual.

Antecedentes

En Honduras los esfuerzos para concretizar una institución especializada en la enseñanza de las artes plásticas se puede rastrear desde el siglo XIX, la mayoría de estos esfuerzos tuvieron un carácter privado y no permanecían abiertas por mucho tiempo.

En 1889 en el gobierno del presidente Luis Bográn se crea la Escuela de Artes y Oficios, de carácter público y encargada de enseñar oficios a la población, donde el arte tenía un carácter utilitario, aplicado a los oficios y la decoración de los trabajo. Esta escuela es importante porque es la primera de carácter público, dirigida a un población más amplia, probablemente iletrada, las clases se impartían todo el día, teniendo la modalidad de internado.

En 1890 el Español Tomas Mur fundó una Academia de Bellas Artes, de carácter mixto. La enseñanza de esta institución era privada, en la que se combinaba el canto y la declamación. Es de notar que se impartían clases para artesanos los cuales recibían clases de arquitectura, historia del arte y anatomía. La mayoría de los cursos eran básicos e impartidos en la tarde y a mediodía. No existe información de cuánto tiempo duró esta academia, pero para el siglo XX ya no estaba abierta. Muy probablemente desapareció debido que la enseñanza se dirigía a un pequeño sector y los pagos por las clases eran relativamente altos para el siglo XIX.

Unos años más tardes, en 1929, se fundó una Escuela de Bellas Artes anexa a la Escuela de Artes y Oficios bajo la dirección de Samuel Salgado. La misma tuvo éxito en la enseñanza de escultura en madera, modelado, repujado en estaño, dibujo del natural, fundición artística, cobre y cuero. Esta escuela tampoco duró mucho tiempo ya que para la década de los ‘30 había desaparecido en las materias impartidas por la Escuela. Es muy probable que muchas técnicas, sobre todo las de trabajo en metal, persistieran pero de una forma individual.

En 1933 el artista italiano de apellido Del Vichio fundó una escuela de Dibujo y Pintura y tuvo entre sus alumnos a Teresita Fortín. En 1938 el pintor nacional Carlos Zúñiga Figueroa fundó una Academia nocturna en la cual se enseñó por primera vez dibujo al claroscuro con modelo vivo.

La característica común de estas escuelas es que muchas de ellas no duraban más de cinco años. La existencia de estas escuelas obedecería a los espacios de estabilidad en el país, pero debido a los periodos subsecuentes de inestabilidad política desaparecían por la falta de alumnos y apoyo material, el cual era invertido en los pertrechos de las diferentes guerras civiles.

Hay que mencionar que Pablo Zelaya Sierra regresó a Honduras de España con la meta de fundar una academia de arte, lamentablemente su muerte y el mismo desinterés de los gobernantes de su tiempo no le permitió llevar a cabo su misión. Sin embargo, en sus apuntes al lápiz dejó algunas condiciones que, en base a su experiencia, se deberían tener antes de emprender la enseñanza del arte en Honduras:

"El museo nacional, o museo arqueológico, completándolo con reproducciones, en yeso, de las obras representativas del arte precolombino, de nuestras civilización maya, de la azteca y Quichúa…"

"Es probable que este museo resulte menos caro que una ametralladora. De este modo, los niños, los estudiantes, los artesanos y todas las personas que quisieran aprender, podrían iniciar su cultura artística contemplando las obras maestras de las Pintura…"

"Creados estos centros de cultura, ya se puede pensar en la creación de la ENBA. Antes no. Sé lo que pasa en la mayoría de las Escuelas de Bellas Artes de América: se asfixian por falta de medios, muy particularmente, por ausencia de buenos museos, en los que estudien los alumnos el arte de los clásicos. Los estudiantes, muchas veces, tienen que estudiar en las reproducciones antiartísticas de las revistas europeas de exportación".

"Estas premisas son, a mi juicio, las premisas indispensables a fin de que la escuela desempeñe su misión. Todos los demás es pretender construir un edificio en el aire. Tratar de que se oriente la juventud en las artes plásticas sin los elementos que deben entrarle precisamente por los ojos, donde radica la piedra angular de sus estudios, es lo mismo que hablarle de la pintura a un ciego".

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Fundación de la ENBA

En 1939 el artista Arturo López Rodezno fue enviado a la academia de Sant Julian en Paris, Francia, a su abrupto regreso por el peligro de la guerra en Europa, con el apoyo de los artistas Max Euceda, Samuel Salgado, Roberto M. Sánchez, Raúl Fiallos S., Salvador Posadas M. y otros solicitó al gobierno la creación de la ENBA, solicitud que fue aprobada.

El primero de febrero de 1940 se iniciaron las funciones de la ENBA. Su junta de profesores de esa generación contaba con profesionales en las artes plásticas que se habían especializado en España, Italia, Cuba, México y Francia. Estaba conformada de la siguiente manera:

  • Director: Arturo López Rodezno
  • Sub-director: Samuel Salgado
  • Profesor de Dibujo y Pintura: Max Euceda
  • Profesor de Escultura: Samuel Salgado
  • Profesor de Decoración Mural: Arturo López Rodezno
  • Profesor de Talla en Madera y Escultura religiosa: Salvador Posadas M.
  • Profesora de Artes Aplicadas: Ernestina de López Rodezno
  • Profesor de Cerámica: Pedro Molina
  • Ayudante del Prof. de Cerámica: Miguel Velásquez

La ENBA inició labores con un presupuesto de 19,959.65 pesos, otorgado por la Secretaría de Fomento y siguió aumentando hasta 1952, cuando se integró a la Secretaría de Educación. En esta etapa (1940-1952) la ENBA tenía las mismas características que la Escuela de Artes y Oficios, ofreciendo una enseñanza práctica y básica en su área, y sus estudiantes y maestros se encontraban a disposición de cualquier trabajo que el gobierno o particular les solicitara.

El arte seguía siendo considerado utilitario y dedicado a la decoración, pero esto fue cambiando con el tiempo debido a la percepción de los mismos intelectuales de la época que miraban el arte con nuevos ojos y lo miraban como un medio civilizador y un resultado del desarrollo: Unido a esto una propuesta cultural intensiva de exposiciones artísticas en la Escuela y diferentes espacios de la capital todos los años y una administración eficaz y bien relacionada con el gobierno de Tiburcio Carias, la escuela adquirió un espacio en la sociedad hondureña y obtuvo unas bases sólidas para existir más que las anteriores academias de arte antes mencionadas.

Desde 1952 hasta 1975, la ENBA se manejó con el mismo plan de estudio con unas pequeñas variaciones, la mayor problemática que poseía la institución era la ambigüedad de los títulos que se obtenían, los cuales muchos de estos el mismo Ministerio de Educación no los reconocía, lo que detenía a los estudiantes que deseaban obtener una educación a nivel universitario.

Es después de 1975 que los planes de estudios se modificaron y se iniciaron paulatinamente la creación de los tres bachilleratos que existen actualmente. La falta de presupuesto y espacio para talleres y aulas para la creciente y el desinterés mostrado por los diferentes gobiernos han tenido a la escuela en un aparente abandono pero aun así la proporcionando artistas mediante una educación pública y mixta.

Todavía el legado de ese grupo de artistas sigue en pie y son los estudiantes quienes están destinados a protegerlo para que no se pierda.

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