Consideraciones en cuanto a situación emocional, teletrabajo y frente a un retorno progresivo a labores presenciales

Hablar sobre el retorno a labores presenciales implica un reto para las empresas, organizaciones e instituciones, así como para los trabajadores que han desarrollado sus labores desde el teletrabajo en los casi siete meses que han pasado desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia del covid-19 y las autoridades del país establecieran medidas para mantener el distanciamiento físico.

Para hablar sobre las condiciones que enfrentan los líderes de las instituciones y los trabajadores al planificar el retorno progresivo a labores presenciales hemos invitado al Profesor Fabio Andrade en esta entrada del blog de la Secretaría Ejecutiva de Desarrollo de Personal (SEDP).

Andrade es docente en la Escuela de Ciencias Psicológicas en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Además, es coordinador de la Maestría en Psicología Industrial y Organizacional.

A continuación, la entrevista:

Pregunta (P): ¿Qué consideraciones han observado que, como psicólogos orientados a trabajar en organizaciones, prevalecen a nivel internacional sobre la situación emocional y el teletrabajo en este contexto?

Fabio Andrade (FA): De las principales consideraciones que los psicólogos que trabajamos en el área de organizaciones vemos: como número uno, que tenemos que reconocer que no todas las empresas estaban preparadas para abordar la situación de teletrabajo; número dos, que la condición de teletrabajo genera una serie de excepcionalidades a la hora de desempeñar un puesto de trabajo.

Si bien es cierto que hay algunas ganancias que se reconocen, como el horario flexible o que la persona siente que está trabajando más, no en términos de un horario sino de resultados y de una productividad concreta, es innegable que la situación del teletrabajo condiciona elementos fundamentales de la vida cotidiana del individuo, porque al estar al mismo tiempo sus hijos en el hogar, hay un reparto del tiempo en atención a los hijos en edad escolar.

El tema de la convivencia con hijos en edad escolar dentro del mismo contexto del teletrabajo genera ciertas dificultades y tensiones, considerando que no todos los colaboradores tienen la posibilidad, por ejemplo, de tener a alguien que les ayude a velar por sus hijos mientras hacen teletrabajo.

Se está reconociendo que, si bien hay ganancias en la condición de teletrabajo, se está generando e incrementado el estrés vinculado a esta misma condición, sobre todo porque no siempre se tienen las condiciones del espacio físico adecuado, es decir, la gente está trabajando desde la sala, desde el espacio común con la familia y eso también genera una serie de factores estresantes.

P: Aparte del estrés, ¿han observado o hay indicios que haya otros sentimientos que se están presentando entre los trabajadores?

FA: Aparte de la consideración del estrés, vemos que hay una extensión del tiempo de trabajo. Estar en condiciones de teletrabajo implica enviar mucha más documentación a las personas, asignaciones de tareas vía correo electrónico o whatsapp, y hay un incremento de ese lado. También se puede notar que muchas personas están experimentando, o declaran experimentar, la preocupación por el contagio, que se sigue notando visiblemente y eso también genera un factor de ansiedad, que sería el otro punto importante.

Otro tema es que se están cambiando los hábitos, la gente no duerme a la misma hora por esa misma extensión del trabajo; también con los hábitos alimenticios o el caer en una vida un poco más sedentaria. Estos factores alimentan la generación de algunas complejidades dentro de la condición de teletrabajo.

P: El retorno a labores en cualquier institución o empresa se da en condiciones de incertidumbre. ¿Cómo convivir con ella?

FA: Ese es un punto sumamente importante. No solo en la universidad, sino en cualquier institución, organización o empresa que debe tener una visión al horizonte de volver a cierto nivel de presencialidad.

Eso va a implicar trabajar la sensación de incertidumbre que deja el hecho de una posibilidad de verse expuesto a un contagio. Quiérase o no, aunque tenga medidas de bioseguridad en su trabajo, el trayecto camino a casa y el mismo hecho de que salga, que pueda estar en cierto nivel de contacto con otras personas que no son las propias del trabajo también genera esa condición de incertidumbre y ahí se tendría que trabajar con los trabajadores.

En primer lugar, disminuimos los niveles de incertidumbre cuando tenemos niveles de información correcta. Eso disminuye los niveles de estrés. Significa enseñarle a la gente que debe estar precisamente apegada a la información correcta y la información suficiente es otro elemento.

El entrenamiento conductual en medidas de bioseguridad es un elemento importante, porque da confianza a las personas, sobre todo en el regreso, y que las personas vean que existen las condiciones en el lugar de trabajo para minimizar los riesgos de un posible contagio. Si sumamos esos factores, probablemente podemos trabajar en reducir la incertidumbre entre nuestros colaboradores.

Un punto importante es que la gente tenga la información correcta, la información que necesita y no sobrecargar con ella, que las personas vean que la institución trabaja con estándares y normativas para el retorno a labores con niveles de semi presencialidad o presencialidad total, según se vaya viendo.

Otro punto por destacar es que la gente vea que se está trabajando con el aporte científico. Lo mismo que decía el comunicado de nuestra universidad: vamos a volver siempre y cuando existan las consideraciones científicas y epidemiológicas de que la pandemia está retrocediendo. Eso nos va a permitir a nosotros obrar en consonancia, cuando la gente observa esos mecanismos de actuación de parte de las instituciones puede permitir reducir esos niveles de ansiedad.

P: ¿Cómo lo podemos ver desde el punto de vista de los trabajadores?

FA: Entender que, por naturaleza, tenemos cierto nivel de resistencia al cambio, que el ajuste y la adaptación no es algo fácil. Lo otro pasa porque todavía la gente sigue sintiendo y percibiendo altos niveles de ansiedad y de miedo al contagio. Obviamente, vamos a tener una gran parte de la población de la que podemos esperar que rechace o se resista a la posibilidad de un retorno, aunque sea gradual, a condiciones de presencialidad. Creo que las instituciones y las organizaciones tienen que entender eso.

Pasa por la posibilidad de comprender al colaborador y de dejar la ventana, lo que planteaba el mismo comunicado, de entender que la organización no va a trabajar de la misma manera por cierto tiempo. Es decir, dejarle la posibilidad a los que puedan trabajar en condiciones de teletrabajo para no sentirse agobiados con esta sensación de que vamos a trabajar en medio de una pandemia y de un posible contagio. Entonces, permitir a ese tipo de población que lo siga haciendo de esa manera y, en lo posible, generar estas estrategias de entrenamiento conductual con los colaboradores con información adecuada, con información correcta y de forma gradual.

También creo que vale la pena invertir en una campaña de socialización una vez que se tengan todas las normativas y procedimientos para el retorno a la presencialidad que permita que la gente vea la perspectiva de esto y que lo vea de forma positiva, con una comprensión positiva para disminuir su resistencia al cambio y su resistencia a cierto nivel de incertidumbre.


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