Un estudio publicado en la revista Journal of Herbs, Spices & Medicinal Plants reveló que miles de hondureños recurren al uso de plantas medicinales como alternativa para tratar enfermedades y síntomas comunes, principalmente por factores económicos y la limitada accesibilidad a los servicios de salud.
La investigación fue realizada por Eleonora Espinoza-Turcios, Lysien Ivania Zambrano y Henry Noel Castro-Ramos, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); junto a José Armada, de la Universidad Continental en Huancayo, Perú; y Cristian R. Mejía, de la Universidad de Huánuco, Perú
Resultados de estudio
El estudio encuestó a 16,379 personas en los 298 municipios del país. Entre los hallazgos más relevantes, se destaca que 65% de los usuarios fueron mujeres y que los tratamientos con plantas para la ansiedad, problemas dermatológicos, fiebre, dolor abdominal y tos fueron más frecuentes en personas de mayor edad y residentes en zonas rurales.
Los investigadores encontraron que el 82.7% de los encuestados prefiere inicialmente los fármacos, pero un 17.4% opta por plantas medicinales debido a su bajo costo y disponibilidad. Además, el 2.5% de la población indicó que vive lejos de un centro de salud, lo que incrementa la dependencia de remedios naturales.
Entre las principales dolencias tratadas con hierbas se encuentran asma, hipertensión, diabetes, ansiedad y enfermedades de la piel. Sin embargo, también se reportaron efectos adversos como alteraciones en los niveles de glucosa, problemas gástricos, insomnio y palpitaciones, lo que evidencia la necesidad de un uso responsable.
La doctora Espinoza resaltó que Honduras posee una larga tradición etnobotánica, con más de 700 especies registradas para fines medicinales desde 1986. “El conocimiento popular sobre plantas sigue siendo un recurso vital, especialmente en comunidades donde el acceso a medicamentos es limitado”, señaló.
Los autores concluyen que, si bien el uso de plantas medicinales es una práctica extendida, se requiere mayor investigación científica para validar su eficacia y seguridad, así como políticas públicas que reconozcan su papel complementario dentro del sistema de salud.
Para conocer más del estudio puedes visitar
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10496475.2024.2423091#abstract
Alvaro Galeano
Comunicación FCM



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