Portada Noticias CSUCA Investigación Científica Vinculación Internacionalización Salud Cultura Académicos en defensa del Artículo 160 constitucional
La Constitución de la República otorga a la UNAH la función de representar al Estado en el Sistema de Educación Superior.

 

En el año 1957 la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) logró su autonomía, después de muchas luchas estudiantiles vislumbradas por el Grito de Córdoba, que recorría América Latina; luego, en 1982, los diputados constituyentes otorgaron a la Máxima Casa de Estudios la exclusividad y representación del Estado en materia de educación superior.

El Artículo 160 de la Carta Magna dice que “La Universidad Nacional Autónoma de Honduras es una Institución Autónoma del Estado, con personalidad jurídica, goza de la exclusividad de organizar, dirigir y desarrollar la educación superior y profesional. Contribuirá a la investigación científica, humanística y tecnológica, a la difusión general de la cultura y al estudio de los problemas nacionales. Deberá programar su participación en la transformación de la sociedad hondureña”.

Asimismo, recalca que “Sólo tendrán validez oficialmente los títulos de carácter académico otorgados por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, así como los otorgados por las Universidades Privadas y extranjeras, reconocidos todos ellos por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Bajo estos artículos constitucionales y sobre la amenaza dirigida a la Máxima Casa de Estudios por uno de sus diputados; autoridades y docentes universitarios debatieron sobre la “responsabilidad constitucional de UNAH de dirigir la educación superior”.

El debate fue dirigido por el experto en materia energética Marco Flores, director del Instituto de Investigación en Energía, quien de manera contundente sostuvo que la UNAH es una institución autónoma del Estado y goza la exclusividad de representarla mediante el Consejo de Educación Superior (CES).

El primer panelista que expuso sus argumentos fue el doctor en filosofía Ramón Romero, expresidente de la Junta de Dirección Universitaria (JDU) y extitular de la Dirección de Vinculación Universidad Sociedad (DVUS).

Romero sostuvo que históricamente “nuestra Universidad ha sido desde sus orígenes una institución de profundo arraigo en la sociedad hondureña, desde 1847 ha sido la institución educativa más querida por los hondureños”.

El exfuncionario dijo que el órgano más especializado para cumplir con su función estatal es la Máxima Casa de Estudios,ya que cuenta con lo mejor de la intelectualidad del país en todas las áreas del conocimiento, a la par, su oferta académica abarca todas las ramas de las ciencias.

El también abogado dijo que el proceso de direccionamiento se rige por la Ley de la Educación Superior y una gran cantidad de reglamentos, la UNAH no actúa de manera arbitraria ni absoluta, sino más bien como conductora del CES, subrayó.

Romero manifestó que a la par de intereses particulares también existen posturas ideológicas de carácter neoliberal que tienden a la privatización y reducción del Estado y abogan por la preeminencia de lo privado.

“La privatización ha sido profundamente dañina en el país y esto podría pasar con la educación pública superior, por lo tanto, debemos garantizar que la UNAH la dirija por el bien de la sociedad hondureña”, concluyó.

Por su parte, el economista y sociólogo Julio Raudales, titular de la Vicerrectoría de Relaciones Internacionales, argumentó que “vale la pena subrayar los artículos constitucionales que le dan mandato a la UNAH, no en vano se le dieron tantas potestades y el mandato de trasformar la sociedad hondureña”.

El expresidente del Colegio Hondureño de Economistas, citando conceptos propios de la economía como ciencia, sostuvo que el diputado proponente de crear un ente que regule a la UNAH cae en un grave error conceptual.

Raudales expuso que el Estado tiene tres grandes roles: el rol productor, rol estabilizador y el rol regulador; el tercero vale únicamente para los bienes y servicios privados, sin embargo, la educación y la salud no son bienes y servicios privados, sino que públicos según la Constitución de la República, por lo tanto, de acuerdo a la interpretación de Raudales, no deben regularse.

El funcionario dejó claro que así como la educación no formal es potestad del Instituto Hondureño de Formación Profesional (Infop), la educación primaria y secundaria del Ministerio de Educación, la educación superior es potestad de la UNAH por medio del Consejo de Educación Superior (CES).

Asimismo, el catedrático universitario y coordinador de la Maestría en Sociología, Eugenio Sosa, dijo que la Constitución de la República le otorgó a la UNAH “autonomía, exclusividad y obligación constitucional de los problemas nacionales, esa es la esencia de los Artículos 160 y 161”.

Por otra parte invitó a analizar si lo expuesto por el diputado del CN es personal o es de un grupo de interés, porque según Sosa, Honduras está viviendo uno de los más grande retrocesos en su historia y el verdadero peligro de la Autonomía es el contexto profundamente autoritario y antidemocrático en el que se encuentra sumergido el país.

“Si hacemos una revisión del Estado hondureño, no queda institución que no esté contaminada en problemas de desempeño o problemas de corrupción y la UNAH es la única institución que todavía conserva elementos de la moral y de la ética”, concluyó el catedrático.