A la iniciativa “Una nueva normalidad es posible y necesaria”, impulsada por el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); se suman expertos de Latinoamérica con el fin de cuestionar los problemas existentes en la antigua normalidad imperante en América Latina.
Paulo Kuhlmann, profesor de la Universidad Estadual de Paraíba, de Brasil, y Diana Marcela Agudelo, profesora de la Universidad Externado, Colombia, quienes son nodos o responsables en sus respectivos países, compartieron con Presencia Universitaria parte de la experiencia de participar e impulsar esta estrategia de reflexión sobre los hábitos negativos de la humanidad que son adoptados como “normales”.
La campaña es impulsada desde el Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP), de la cual es parte el IUDPAS, y busca generar una corriente de opinión crítica de la normalidad antes del estallido de la pandemia.
Valoración actual de la situación de América Latina
A criterio del experto brasileño, la situación actual de Latinoamérica es muy crítica, porque además de los problemas sociales, políticos y económicos que América Latina ya tenía, sumado a la gran violencia endémica, con una tasa de mortalidad equivalente a la guerra civil, a veces incluso superando estos niveles, el COVID-19 vino a agravar aún más estos problemas.
“Falta dinero para varias familias que ya vivían en la informalidad, y como resultado aumenta el número de personas que pasan hambre. El desempleo ha aumentado y los gobiernos no han tomado medidas para proteger a la población y garantizar el acceso a la salud y las condiciones mínimas de vida”, indicó el profesor Kuhlmann.
Desde su perspectiva, la nueva normalidad debería cuestionar los problemas existentes en la antigua normalidad, que era exclusiva, dirigida solo a las ganancias y centrada en aquellos que ya tenían privilegios.
“Para eso, tenemos que pensar en una sociedad inclusiva y compasiva, que no deje de lado a ninguna persona y que cuide la naturaleza como parte de nosotros. Eso tiene como base el amor y la compasión, y el sentimiento de comunidad, por lo que no nos permite dejar que nadie sufra, sino que todos luchan por el cuidado y la supervivencia de todos, independientemente de cualquier clasificación (religión, sexo, género, origen étnico, lugar de nacimiento, etc. clase social, entre otros)”, sintetizó el académico.
Por lo cual, él invita a todos a participar en la iniciativa para construir esa nueva normalidad, es decir “anunciar la campaña, firmar el manifiesto, crear redes y ayudar a pensar creativamente para que podamos crear esta nueva normalidad”. América Latina está viviendo un síntoma de época, producto de modelos neoliberales.
Por su parte la académica colombiana, profesora Diana Agudelo, manifiesta que “estamos ante un síntoma de época, y esto va más allá del virus. El virus es una situación que ha puesto contra la pared a toda América Latina, develando una dinámica que viene aconteciendo hace mucho, lo cual implica pensar más allá del virus la cotidianidad de los países”.
Añadió que el síntoma de época tiene que ver con el malestar y las condiciones indignas en las cuales ha estado sometida la población a lo largo de los años que se han agudizado en la región.
Según la experta, este tiempo del confinamiento obligado por la pandemia ha traído una nueva dinámica y así “hemos pasado tristemente de un período de incertidumbre en nuestros países a un período en donde se está entendiendo como puede operar este confinamiento como una estrategia contra las poblaciones. Vemos la militarización de algunos países y otros problemas que ya teníamos que se agudizan.
Durante la entrevista, refirió un dato alarmante, “hay una fenómeno de deforestación de la Amazonia, y es impresionante, ya hemos deforestado más en lo que va de 2020 que el total de 2019, esto nos tiene que poner en alarma porque quiere decir que estamos tornando este tiempo de confinamiento para una permisividad con dinámicas perversas y violentas que acaban con la vida de nuestra América Latina”.
Agregó que “otra dinámica perversa en nuestro continente tiene que ver con los femicidios y los datos de aumento de violencia doméstica, la situación es tremenda, y o nos ponemos las pilas o viene un tiempo muy complejo”.
Este virus ha puesto en primera escena todas “nuestras carencias de estas lógicas neoliberales de haber transformado nuestros derechos de salud y educación en simples negocios. Ahora claramente estamos viendo los estragos de apostarle a esta lógica”, resumió la experta.
En relación a cómo debería ser una nueva normalidad, la académica indicó: “No tenemos una fórmula o respuesta, más bien tiene que ver con pensar en reaccionar a una serie de elementos que hemos identificado dentro de esa normalidad con la que veníamos desarrollando nuestras vidas y que son negativas”.
La académica considera que si bien “tenemos la imperiosa necesidad de regresar, de volver a la normalidad, debemos preguntarnos a qué queremos regresar, cuál es la vida que queremos cuidar, qué nos preocupa tanto perder con el virus”.
Otro aspecto a considerar es que al hablar de una nueva normalidad, se refiere como algo genérico, pero “hablamos de múltiples nuevas normalidades, múltiples transformaciones en donde impere la diversidad y la diferencia, condiciones humanas que permiten encontrar alternativas para encontrar pluralidad, formas de ser y actuar en el mundo”.
La experta mencionó que tienen un equipo de jóvenes voluntarios que apoyan la difusión de la campaña. Los jóvenes son el motor, aire, creación, tienen talento y una visión renovada, y saben la urgencia de trabajar en esto. Esta cuestión “no es para cuando se acabe la pandemia, es para ya. Los jóvenes han venido renovando el reclamo por la dignidad y muchos de nuestros derechos”.
Finalizó afirmando que lo más importante para ellos es que esa iniciativa se convierta en un movimiento, y que el espectro de la nueva normalidad va desde la normalidad hasta la colectividad. Todos somos cómplices de esta realidad, por lo tanto todos podemos cambiarla.
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