Por Rosselyn Cruz, Presencia Universitaria
Como parte de la agenda del mes de junio, el Centro de Arte y Cultura (CAC), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), presentó ayer el patriforo "El barroco en Centroamérica", a cargo de la arquitecta Ana Francis Ortiz Oviedo, catedrática de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería en Nicaragua.
La arquitecta Ortiz mencionó que el desarrollo de esta investigación está en proceso, y que como parte de esta, tenía prevista una visita programada a Honduras entre febrero y marzo, pero no se pudo llevar a cabo por la pandemia. Comentó que, pese a que ella es arquitecta y no historiadora, el tema tiene mucho que ver con la historia, “la idea de este trabajo realmente es ir tras la huella del barroco en la región centroamericana”.
En la charla, la arquitecta Francis comenzó hablando sobre los antecedentes del barroco y sus inicios en el siglo XV, esto para lograr comprender un poco y lograr colocar en contexto a los interesados; explicó la evolución y similitud de espacios como ser; los patios de las casas, los diseños en los techos y el interior de algunas edificaciones; apartado que denominó: “La huella árabe en España y de España a América.”
Explicó también sobre los tipos de influencia que ha tenido la arquitectura a lo largo de los años, como la medieval, gótica, mudéjar y renacentista que posteriormente se funden en la arquitectura barroca, de igual manera sobre los procesos de urbanización que en principio fueron asentamientos militares debido a que estaban en un ambiente hostil donde tenían que defenderse, y que se fueron transformando en las primeras ciudades fundadas por los españoles en Iberoamérica; todo esto situado en la primera centuria española, de la cual surge la primera arquitectura de la colonia en América; el Convento Dominico de Nuestra Señora de la Natividad, situado en Tepoztlán, México.
Sin embargo, este Patriforo estuvo enfocado en detallar y comparar espacios arquitectónicos y del urbanismo, pero sobre todo enfatizado en las obras de tipología religiosa en Centroamérica.
Fue así como inició más a detalle en el tema central, donde utilizando una fotografía de la edificación; denominó a la Iglesia San Francisco de Tegucigalpa, Honduras, como sencilla, austera y franciscana.
Asimismo, explicó todo lo relacionado al detalle y color de la mano de obra y de las fachadas de las iglesias San Andrés Xecul, en Guatemala; iglesia la Recolección en Nicaragua, donde detalló todo sobre las plantas arquitectónicas, la simetría, los ventanales y otras características típicas y algunas variaciones como los materiales utilizados en dicha obra, el Templo San Juan Bautista de Sutiaba, también de Nicaragua, de la cual priorizó el contraste del detalle de los retablos interiores con las paredes sencillas al interior de la misma.
De igual manera; expresó que “entre los ejemplos de tipología barroca encontramos la Iglesia San Miguel Arcángel de Tegucigalpa” la estructuración y el contorno curvilíneo de la fachada retablo que son según la arquitecta Ana Francis; “un medio de comunicación, un medio de transmisión de enseñanzas de tipo religioso”, el uso de columnas y que en esta iglesia y en la mayoría existen estas fachadas retablo de dos torres; una a cada lado del centro de la iglesia, comentó que en Nicaragua no se encuentra ese tipo de estructura en las edificaciones allá situadas, pues constan solamente de una torre.
“Muchas de estas torres son más esbeltas que la otra, esto porque probablemente han sido torres que se han construido posteriormente a la fachada, pues al final de cuentas así se construyen las iglesias, Roma no se hizo en un día, al final terminan siendo parte del conjunto completo”, comentó.
Puso como ejemplo la Catedral de la Inmaculada en Comayagua, Honduras, que las iglesias tienen la característica de construirse en espacios abiertos pues así era como los españoles utilizaban estos espacios para catequizar, para evangelizar, para reunir al pueblo, en misas campales al aire libre.
También habló de la iglesia La Merced en Gracias, Lempira, Honduras; la iglesia de San Matías de La Campa, Lempira, Honduras; describiéndolas como “un componente del paisaje rural” asimismo comentó el uso de columnas variadas, la distribución de la fachada en cuerpos (estructura horizontal), los detalles de flora con columnas abrazadas por elementos vegetales, el uso de las dos torres a los lados, el uso del contorno mixtilíneo y el área de la misa que es rectangular, “estos son una especie de altares urbanos que se van a repetir reincidentemente en todas las iglesias de influencia barroca”, aseguró.
Asimismo expuso las características de otras iglesias de la región centroamericana como la iglesia La Conquistadora, en Salcajá, Guatemala; la catedral de Antigua Guatemala, Nuestra Señora de la Merced, ubicada también en Antigua Guatemala, y San Pedro de las Huertas, en la ciudad de Guatemala, la iglesia de Panchimalco de El Salvador, la iglesia de Natá de los Caballeros en Panamá que consideró la iglesia más antigua del pacífico.
Mencionó que todas estas iglesias siguen más o menos un mismo esquema, “de alguna manera todas mantienen una misma estructura simétrica, con un portal, generalmente una ventana o un elemento central en el cuerpo superior o posterior al del portal y luego una serie de cuerpos que en mayor medida son 3, 4, o 5 cuerpos generalmente con un remate donde se va a contar una historia bíblica que se va a transmitir al caminante, que no puede pasar desapercibido”, apuntó.
También, explicó sobre el significado del patrimonio material e inmaterial y de cómo estas iglesias barrocas fungen como escenario de la vida en general, pues las personas les dan vida a estos objetos arquitectónicos en la actualidad porque significan algo para ellas, “la población centroamericana es mestiza, somos barrocos, nuestra cultura mantiene vivo estos objetos arquitectónicos que son una joya para nosotros y para el mundo”, enfatizó.
En Centroamérica esto se mantiene, la valorización que se les da permite que estos templos no se conviertan en una estructura común a la que se le dé otro tipo de uso como en otros países.
Por ejemplo; la celebración del Cristo Negro de Esquipulas en Guatemala, la celebración de Semana Santa en Antigua Guatemala, en Sutiaba, “son todos estos objetos que sirven como telón de fondo para estas celebraciones, para poner en escena toda esa trama de la vida religiosa, pública y social”, argumentó.
Para finalizar su presentación, la arquitecta Ana Francis Ortiz compartió esta frase de Alejo Carpentier sobre lo barroco y lo real maravilloso:
“¿Por qué es América Latina la tierra de elección del barroco? Porque toda la simbiosis, todo mestizaje engendra un barroquismo. El barroquismo americano se acrece con la criolledad, con el sentido del criollo, con la conciencia que cobra el hombre americano de ser otra cosa, de ser una cosa nueva, de ser una simbiosis, de ser un criollo; y el espíritu criollo de por si es un espíritu barroco”.
Sobre la expositora
La arquitecta Ana Francis es especialista en Tecnología, Arquitectura y Ciudad para las áreas urbanas de los países en vía de desarrollo, que cursó en el Politécnico de Torino en Italia. Ha recibido cursos de especialidad en Proyección Urbana, actualmente es estudiante de la Maestría en Gestión y Conservación del Patrimonio, pues además de abordar los temas de arquitectura se ha especializado en temas de Conservación del Patrimonio Cultural, especialmente en el área centroamericana.
Afirmó que para continuar la investigación tiene pendiente su visita a Honduras, pues incluirá allí a la iglesia Los Dolores, ya que considera que es un ejemplo emblemático de la expresión barroca centroamericana, debido a que no la conoce “in situ”, únicamente en libros, en artículos y fotografías.
El evento estuvo lleno de diversas inquietudes por parte de los participantes procedentes de El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Panamá, México y Honduras, donde también expresaron la satisfacción de que se realizaran conferencias con temas tan interesantes como ese y de los que poco o nada se conoce.
El CAC de la UNAH tiene a disposición del público en general una gran diversidad de eventos virtuales a realizarse durante todo el mes de junio del año en curso; con motivo de lograr que el confinamiento por la pandemia mundial sea un poco más llevadero.
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