Por Cristina, Presencia Universitaria
El terremoto de 6.8 ocurrido recientemente en las costas de Chile ha dejado a la población en alerta debido a su magnitud y sumado a la crisis sanitaria mundial, colocando en un contexto de alteración a las personas que viven en las cercanías de fallas geológicas.
“Todas las placas tectónicas, no importa su tamaño, siempre se encuentran activas, aunque producen una interacción diaria, siendo el más común la sismicidad”, explico Maynor Rivera, geólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
El experto manifestó que estos fenómenos se presentan a diario por miles, pero que en la mayoría de los casos son imperceptibles y solamente se pueden medir con instrumentos de alta sensibilidad.
Asimismo dijo que el peligro de los sismos no solo se en su magnitud, por la energía que libera, sino dónde ocurre, es decir que un sismo en el océano quizás no sea tan peligroso como uno que ocurre en una ciudad poblada, el cual se determina por la afectación a la humanidad y sus bienes, y se llaman terremotos; sin embargo, como casi todas las partes del planeta se encuentran pobladas, estos movimientos telúricos siempre representan un alto riesgo.
Por lo general cuando ocurre un terremoto en las zonas costeras suele ser dentro de las profundidades, poniendo a las poblaciones en riesgo de tsunami, el movimiento generado por el temblor provoca un desplazamiento del fondo marino y, por consiguiente, del agua del mar, que al intentar recuperar su estado genera olas de grandes dimensiones.
En Honduras el sismo perceptible recientemente registrado tuvo su epicentro en Olancho, con una magnitud de 4.5 en la escala de Richter; por su parte, también explicó que Honduras se encuentra en constante peligro debido a que está ubicado sobre diversas fallas geológicas, siendo la del Motagua la que atraviesa casi todo el territorio nacional.
¿Qué hacer en caso de un terremoto?
En lo posible manténgase tranquilo y permanezca en el interior mientras dure el terremoto.
- ¡Tírese al piso, cúbrase y agárrese! Dé solo los pasos que le permitan colocarse debajo de un lugar seguro, como un escritorio o una mesa resistente. Una vez allí agárrese con ambas manos de una pata.
- Manténgase alejado de ventanas, vidrios, espejos, puertas exteriores o paredes y de todo lo que pueda caerle como lámparas y muebles.
- Si no hay una mesa o escritorio cerca de usted, cúbrase la cara y la cabeza con sus brazos y agáchese lejos de ventanas y estanterías
Comentarios