UNAH y CICESCT fortalecen la lucha contra la trata de personas a través de la sensibilización universitaria

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Periodista: Yuri Vargas

Cada año, alrededor de 205 millones de personas son víctimas de trata y explotación sexual en el mundo, y por cada una de ellas, 20 no son identificadas. En el caso de Honduras, desde que la Comisión Interinstitucional contra la Explotación Sexual Comercial y la Trata de Personas (CICESCT) entró en funcionamiento, han sido rescatadas al menos 100 víctimas, de las cuales el 88% son mujeres, niñas y niños.

Con el fin de sensibilizar a la población sobre este fenómeno, definido como la "esclavitud del siglo XXI", y brindar esperanza a los sobrevivientes, el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y la CICESCT desarrollaron este miércoles el simposio “Justicia y esperanza: desafíos contra la trata de personas”.

Durante dicha actividad, realizada en el marco del Día Internacional contra la Explotación Sexual y Trata de Personas, que se conmemora el 23 de septiembre de cada año, y la Semana Internacional contra la Explotación Sexual Comercial de Mujeres, Niñas y Niños, los organizadores resaltaron la importancia de la sensibilización y educación sobre la trata de personas, con el objetivo de generar conciencia en la sociedad hondureña, especialmente en la comunidad universitaria, sobre la gravedad y el impacto de este delito.

Carmen Julia Fajardo, decana de la FCS, recordó que este tipo de espacios informativos son parte de un convenio marco de colaboración suscrito entre la UNAH y la CICESCT en el año 2023, para articular esfuerzos orientados a la sensibilización de la comunidad universitaria respecto a dicho flagelo que atenta contra los derechos y libertades de las personas.

Causas y consecuencias

Los expertos, entre ellos Víctor Ríos Membreño, coordinador del equipo de respuesta inmediata de la Comisión, señalaron que las causas de la trata de personas y su explotación sexual comercial están profundamente enraizadas en problemas estructurales, tales como la pobreza, la falta de acceso a la educación y el desempleo.

A lo anterior se suman factores como la discriminación de género y la violencia intrafamiliar, que contribuyen a la vulnerabilidad de ciertos grupos, principalmente mujeres y menores de edad; mientras la migración no regulada y la corrupción también facilitan el tráfico y la explotación de personas.

Respecto a las consecuencias, señalaron que las víctimas de la explotación sexual, trabajos forzados y otras formas de abuso suelen experimentar traumas físicos y psicológicos graves, enfrentándose a dificultades para reinsertarse en la sociedad, debido a los estigmas asociados con su experiencia y la falta de acceso a servicios adecuados de apoyo.

Entre las secuelas se encuentran la vergüenza, sensación de suciedad, baja autoestima, miedo, psicosis, anorexia, culpa, depresión e hipersexualización o temor al sexo.

En ese sentido, como parte de la jornada, se discutieron los desafíos en la aplicación de justicia y las medidas de protección necesarias para las víctimas, incluyendo la importancia de una atención integral que contemple no solo su rescate, sino también su reintegración social y emocional.

Asimismo en su intervención, los expertos hicieron hincapié en la necesidad de fortalecer las leyes nacionales contra la trata de personas y la explotación sexual comercial, así como la cooperación entre las instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la academia para prevenir este delito y mejorar los mecanismos de identificación de víctimas.

El evento concluyó con un llamado a la acción, enfatizando que la trata de personas es una problemática que requiere del compromiso de todos los sectores de la sociedad, y que solo a través de una respuesta coordinada y sostenida se podrá erradicar este flagelo.

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