Rompiendo barreras: historias de superación y resiliencia en la UNAH

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Periodista Cristian Flores

En el corazón de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el Programa de Servicios a Estudiantes con Necesidad Especiales (Prosene) está transformando vidas. A través de la inclusión y el apoyo integral, este programa ofrece oportunidades educativas a estudiantes que enfrentan desafíos únicos, permitiéndoles perseguir sus sueños académicos y profesionales. En este reportaje compartimos las conmovedoras historias de tres estudiantes que, con determinación y el respaldo de Prosene, han superado obstáculos para alcanzar sus metas.

Nicolás Herrera, de 32 años y estudiante de la Carrera de Historia, perdió la vista a los 14 años tras una tragedia que transformó su vida para siempre. En una emotiva entrevista, relató su trayectoria desde aquel difícil momento hasta su lucha actual por la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad.

“A pesar de los desafíos, he podido superar la adversidad y acceder a la educación gracias al apoyo de mi familia y programas como Prosene de la UNAH”, comentó Nicolás. Su experiencia en el colegio, donde enfrentó grandes dificultades debido a la falta de programas de apoyo, lo llevó a encontrar en Prosene un aliado fundamental para su desarrollo académico.

Sin embargo aún persisten desafíos en la educación inclusiva, especialmente en la capacitación de maestros para trabajar con estudiantes con discapacidad. “La falta de preparación y recursos adecuados sigue siendo un obstáculo”, señaló. A pesar de ello, su decisión y el apoyo de amigos y compañeros lo han llevado a seguir adelante.

Este universitario se ha determinado concluir su carrera universitaria, obtener un diplomado en educación superior y convertirse en maestro. Su objetivo es cambiar la percepción de la sociedad hacia las personas con discapacidad, promoviendo la igualdad de oportunidades y el respeto por la capacidad de cada individuo.

“Insto a la sociedad a ver más allá y a brindar apoyo y oportunidades a las personas con discapacidad”, enfatizó. Su historia es un recordatorio inspirador de la fuerza y la determinación que reside en cada individuo, independientemente de las circunstancias.

 

Superando las barreras físicas y sociales

Ariadna Zelaya, egresada de la Carrera de Psicología de la UNAH, al igual que Nicolás tiene una discapacidad y compartió su experiencia con Prosene. “Me sentí bastante aliviada porque sinceramente estaba preocupada porque quería continuar con mis estudios y sentía que las puertas se me estaban cerrando,” expresó Zelaya, reflejando la importancia de programas inclusivos en el acceso a la educación superior.

Durante su vida universitaria encontró un ambiente cooperativo y solidario entre sus compañeros y profesores, a pesar de sus temores iniciales. “Encontré un panorama muy diferente a lo que me habían pintado”, comentó.

Sin embargo, los desafíos físicos siguen siendo una realidad para Zelaya y otros estudiantes con discapacidades. “Mi mayor desafío son las limitaciones físicas en cuanto a subir escaleras”, explicó, no obstante, ofrece palabras de aliento para otros estudiantes con discapacidades: “Luchen y sean agradecidos en la vida. Es cierto que tenemos una discapacidad, pero se puede lograr”, asegura.

El testimonio de Ariadna Zelaya reafirma el impacto positivo de programas inclusivos como Prosene, demostrando que, con apoyo y firmeza, es posible alcanzar el éxito académico y profesional.

 

Resiliencia

Cristian Molina, estudiante de Trabajo Social de 25 años, ha enfrentado y superado diversas barreras a lo largo de su formación académica por su baja visión; el joven se ha sentido apoyado por Prosene desde su ingreso a la UNAH.

“En los colegios no hay un apoyo específico, uno se adapta a las metodologías de los maestros, mientras que aquí recibe un apoyo extra”, comentó Cristian, destacando la diferencia significativa en el apoyo educativo que ha recibido en la Universidad.

Aunque la UNAH ha hecho notables esfuerzos para ser más inclusiva, Cristian señala que aún existen áreas de mejora. “Hay bastantes lugares accesibles en algunos edificios, pero no en todos. Los edificios más antiguos no cuentan con ascensores”, indicó.

Cristian también resaltó la importancia del apoyo familiar: “He recibido bastante apoyo de mi familia y es algo que agradezco bastante,” mencionó, subrayando el papel crucial de su familia en su trayectoria.

Uno de los desafíos más grandes para Cristian ha sido asistir a clases en la jornada nocturna debido a su limitación visual. “Un desafío para mí ha sido llevar clases por la noche, porque no veo en la noche. Tengo que adaptarme a usar otros sentidos”, explicó.

En cuanto a sus planes futuros, Cristian tiene claras sus metas: “Como todos, quiero ejercer mi carrera en un ambiente laboral inclusivo y más adaptado para las personas con discapacidad”. Además, expresa su esperanza de que la sociedad se vuelva más inclusiva en el ámbito laboral.

Cristian Molina es un ejemplo de superación y resiliencia, demostrando que, con el apoyo adecuado, es posible vencer las barreras y alcanzar los objetivos personales y profesionales.

Las historias de Nicolás, Ariadna y Cristian son un testimonio poderoso de la importancia de los programas inclusivos y del impacto positivo que pueden tener en la vida de los estudiantes con discapacidades. Con el apoyo adecuado, la determinación y la resiliencia, es posible superar cualquier obstáculo y alcanzar el éxito.