Periodista: Ilda Corea

En las instalaciones del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) se realizó la socialización de resultados del proyecto Sembrando Esperanzas, que presentó datos sobre el impacto de la consejería familiar y las perspectivas de la migración y género en la juventud hondureña. 

En la mesa principal estuvieron la directora del proyecto Sembrando Esperanza, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Robyn Braverman; la coordinadora académica de la Facultad de Ciencias Sociales, Blanca Fernández, en representación de la decana Carmen Julia Fajardo, y la coordinadora del Centro de Experimentación e Investigación Aplicada en Psicometría y Evaluación (CEI-TEST), Lina Mendoza.

Los temas que se socializaron en la jornada fueron el análisis comparativo de efectividad del Instrumento de Medición del Comportamiento (IMC++) y el modelo de consejería de familia, así como el análisis de las variables de migración y roles de género.

La directora del proyecto dio a conocer que se está trabajando en la actualización de una herramienta que mide los riesgos entre los jóvenes de 12 a 18 años, aplicado en conjunto con la Secretaría de Salud para hacer un enfoque en consejería familiar y en la identificación de niveles de riesgos.

Durante el evento se socializaron los resultados de consejería familiar basados en el uso de herramientas que demostró que si se pueden hacer cambios a nivel familiar y a nivel de jóvenes en riesgo, con el objetivo de poder producir evidencia para incidir en políticas públicas y mejorar la protección de los jóvenes vulnerables.

Por otra parte, se informó que el impacto que ha tenido el proyecto con el tema de migración de género ha sido positivo, como ente de protección, además se han logrado cambiar en un cierto porcentaje los roles de género y reducir la migración fomentando el arraigo.

Los expositores indicaron que la migración se deriva de la falta de oportunidades que ofrece el país, por lo tanto, lo que se debe hacer es mejorar la calidad de educación y el acceso a servicios públicos como salud, así como más oportunidades de trabajo.

También recomendaron establecer un centro que sea amigable con la juventud, para que de esa forma sean partícipes y puedan desarrollarse a nivel personal y profesional fomentando la participación activa.

“Esperamos seguir trabajando con la academia porque es importante hacer el vínculo entre el trabajo de investigación con la realidad del país y para mejorar nuestra intervención”, dijo Braverman.

Las herramientas de evaluación del ICM++ se enfocaron en el dominio escolar, familiar, comunitario e individual/pares. Finalmente se presentaron estadísticas de preintervención, posintervención, recomendaciones y conclusiones.