Periodista Daniela Matute,Presencia Universitaria
El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) organizó conversatorio sobre las implicaciones de la pandemia de COVID-19 en la sociedad hondureña, llevado a cabo los días 10 y 11 de octubre en el auditorio doctor Jesús Aguilar Paz, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
La pandemia de COVID-19 ha dejado una profunda huella en la sociedad hondureña, destacándose principalmente por su conexión con la corrupción y la deficiente gestión de los recursos asignados para combatirla. En medio de la crisis sanitaria ha surgido una serie de problemas relacionados con la mala administración de fondos públicos, lo que ha agravado aún más la situación.
Según los datos recopilados por Fosdeh, se destinaron alrededor de 10,739 millones de lempiras en la ejecución de fondos públicos, con el propósito de enfrentar los desafíos planteados por la COVID-19 en el período comprendido entre 2020 y 2022.
“Tenemos que pedir y exigir a nuestro país y gobernantes una Ley de donaciones, porque si no queda muy abierto el espacio para el actuar de nuestras autoridades”, comentó la abogada Yahayra Duce.
Indudablemente, la corrupción ha dejado un rastro de consecuencias devastadoras en la sociedad hondureña. Ha debilitado la capacidad de respuesta en materia de salud, acentuado la desigualdad y minado la confianza del público en el gobierno.
En caso de una nueva pandemia, el doctor Lenín Quezada comentó: “El país requiere planificar los presupuestos, no solo asignarlos; identificar sus prioridades, conocer dónde es que se necesita hacer mayor inversión”. Quezada además destacó la carencia de un enfoque preventivo y promocional en el sistema de atención primaria de salud como uno de los desafíos críticos que deben abordarse de inmediato.
A medida que el país enfrenta las secuelas de esta pandemia, es imperativo que se redoblen los esfuerzos para combatir la corrupción, garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de recursos públicos, y trabajar incansablemente para reconstruir la confianza pública en las instituciones. La erradicación de la corrupción es un paso esencial hacia un futuro más saludable y equitativo para todos los hondureños, concluyeron los expositores.
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