El municipio hondureño y sus grandes retos

Cintillo57

Por:  Director de Gestión Cultural del CUROC, Rubén Darío Paz                                                                                                         

A través del desarrollo de la humanidad, los grandes conquistadores fueron encontrando formas de administrar vastos territorios. Recordemos las ciudades-estados (polis) en Grecia, el mundo árabe creó Emiratos, los chinos Provincias y en la Roma antigua los Distritos. Fue la expansión del Imperio Romano la que aceleró la consolidación del municipio, (grandes regiones conquistadas era necesario administrarlas) para ello crearon “fueros municipales”.

 Ayuntamientos o cabildos

En la América colonial se instalaron los ayuntamientos o cabildos, con dos alcaldes, regidores y síndico de tal manera que estuviera la población representada. El ayuntamiento durante la época colonial fue una réplica del español. Debemos recordar que, en las primeras tres décadas del siglo XVI, los españoles ya habían fundado una serie de villas, inicialmente a lo largo de la costa caribe hondureña. Así vamos a tener para 1524 a Triunfo de La Cruz- (hoy Tela), justo acaban de festejar 500 años de fundación (San Gil de Buena Vista, se perdió…) y Trujillo que sigue siendo ese puerto que nunca ha podido despegar, a pesar de sus escenarios de ensueño entre montaña, playa y mar.

Después de más de 300 años de dominio español, a partir de 1821 los próceres fundantes, legislaron para crear un nuevo orden, con postulados cercanos de la Revolución Francesa. Se organizó en 1825 la primera División Territorial de Honduras. Fue así que aparece un Jefe Político-Intendente para cada Departamento, envestido de autoridad para nombrar Alcaldes. La Constitución de 1831, ya se expresa que era necesario que los gobiernos locales, fueran electos popularmente, pero fue hasta en la Constitución de 1880, que se le dio autonomía al municipio. Entre 1936-1957, hubo un ejercicio en definir 31 distritos, liderado por el Ministerio de Gobernación, pero al final, no logró consolidarse dicho modelo. Bajó la particularidad anterior algunos municipios perdieron su categoría. Así que en 1957 se volvió a la autonomía municipal, vigente hasta la fecha, salvo algunas enmiendas.  

Avances y retrocesos de nuestros municipios

Al reflexionar sobre los avances y retrocesos en el desarrollo de los municipios de Honduras, podemos deducir, que en los últimos veinte años, algunos han experimentado logros sorprendentes, bien en materia de infraestructura o mejorando los índices relacionados con las condiciones de educación, seguridad, salud e incluso fomentando los valores culturales de su población. Gracias, Danlí, Comayagua, El Paraíso, Yamaranguila, Cantarranas, Arada, Olanchito, Trinidad, Santa Rosa de Copán, ya son referentes. Cane, en el departamento de La Paz y Colinas, en Santa Bárbara, son ejemplos de gestión y desarrollo municipal a nivel nacional.

Debemos reconocer que existen municipios en Honduras, que su nivel de desarrollo a pesar de las “transferencias estatales”, no logran divisarse y es de considerar si merecen seguir teniendo la categoría de municipio, o se buscan alternativas para insertarlos en programas de desarrollo. Un reordenamiento territorial sería significativo, incluso a nivel de administración, el intercambio comercial de numerosas aldeas y municipios no siempre coinciden con las cabeceras departamentales correspondientes. (Los pueblos del valle de Quimistán, convergen con la ciudad de San Pedro Sula. La actividad con Santa Bárbara es únicamente administrativa. Los pueblos de la Frontera Sur de Lempira, convergen con San Marcos, Ocotepeque. Los pueblos de la costa miskita, convergen con Tocoa, no con Puerto Lempira, pueblos de Yoro, convergen con la ciudad de El Progreso.

Aldeas que superan al municipio  

Un caso de estudiarse en Honduras, es el hecho de que algunas aldeas dispersas en nuestra geografía han venido experimentando movimientos económicos importantes y sus avances en el área de infraestructura son notables, por tales razones, superan con facilidad a sus respectivas cabeceras municipales. Para ilustrar el enunciado anterior menciono un listado de aldeas que evidencian mayor crecimiento que el mismo casco urbano municipal.

Planes en Santa María (La Paz), Florida de Opatoro, (Opatoro La Paz), San Juan Pueblo (La Másica, Atlántida), Sico y Paulaya (Iriona, Colón), La Flecha, (Macuelizo en Santa Bárbara), Pinalejo, (Quimistán, Santa Bárbara), La Entrada, (Nueva Arcadia, Copán). Santa Cruz, (en Guayape, Olancho), El Jicarito, (San Antonio de Oriente, Francisco Morazán), Monjarás en (Marcovia, Choluteca), entre otras.

Copán Ruinas, (Copán). Toda su trayectoria gira en torno al despegue al sitio arqueológico conocido como las Ruinas de Copán y sus primeras referencias como sitio de interés datan cuando Diego García de Palacios, la describe en una carta fechada el 8 de marzo de 1576. A lo largo del período colonial se menciona de forma escueta y se estipula que el sitio donde ahora se encuentra, figuró con distintos nombres, como La Estanzuela y el Obraje de San José. Quizás la más entretenida narración relacionada con las Ruinas de Copán es la que tiene que ver con el indio José María Acevedo, quien vendió el terreno donde se encuentran las Ruinas, al explorador norteamericano John Stephan, por la accesible cantidad de (50,00 dólares). Este poblado alcanzó su categoría de municipio el año de 1893, casi al finalizar el siglo XIX. Sus edificios públicos como el palacio municipal data de la primera década del siglo XX, ya para 1942, gracias a su empuje como municipio, se le concedió título de ciudad.

Algunos retos pendientes

- Replantearse un ordenamiento territorial, muchos municipios de Honduras carecen de planes de desarrollo. La conservación de nombres de nuestros pueblos, aldeas y caseríos debe establecerse en la Ley de Municipalidades.

- Hacen falta estudios interdisciplinarios para la puesta en valor del manejo de recursos y potencialidades de cada municipio. Casi cien municipios han venido experimentando serios problemas en el abastecimiento de agua potable.

- Varios municipios carecen de un manejo apropiado de los desechos sólidos, situación màs agravante cuando se localizan sobre la ribera de algunos ríos, los desechos se depositan sin piedad en los ríos.  

-  Debe ser prioridad una política de inclusión, valoración y difusión de aquellos municipios, donde viven pueblos culturalmente diferenciados.  

- Buscar consensos entre municipios que han tenido conflictos por la lógica del agua, esto tiene que ver con los problemas limítrofes. Olanchito tiene colindancias sin resolver con 15 municipios y San Vicente del Centenario, no tiene aldeas.  

- Retomar experiencias formidables, como el que realizó Candelaria, Lempira, con un sistema tradicional de protección a sus recursos naturales.

- Valorar las iniciativas como las de Cantarranas, La Arada y Dulce Nombre, donde las alcaldías han logrado invertir en una serie de murales, no necesariamente con parámetros artísticos, pero que su impacto en el turismo es positivo.

- Conservar los archivos municipales y definir los centros históricos debe ser prioritario, muchas veces destruidos por la falta de presencia estatal, o con el argumento de que no hay fondos para la restauración, razón por la que muchos bienes se han destruido.

-  Diseñar políticas para frenar la inmigración, numerosos pueblos cercanos al corredor seco, cuyos jefes de familia ya se han marchado, en parte por la falta de empleo, otras veces porque el deterioro de los ecosistemas, les altera su economía básica.

- Diseñar jornadas permanentes de reforestación donde las corporaciones municipales lideren los procesos, con apoyo de expertos de las universidades públicas.

- Plantear nuevas rutas turísticas, de acuerdo a los rubros productivos y la puesta en valor de las tradiciones relevantes de algunos pueblos, más la inserción de sitios de interés cultural de todo tipo, sería oportuno e incluyente.

Esta conferencia fue brindada en el marco del Festival Internacional de Poesía Los Confines. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1]Director de Gestión Cultural en el Centro Universitario Regional de Occidente-UNAH-CUROC. Docente investigador en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, en la ciudad de Santa Rosa de Copán. Historiador, con estudios de Antropología Cultural en la Universidad de Salamanca, España. Es autor y coautor de varios libros de su especialidad, ensayista y fotógrafo, es miembro de Número de la Academia de Geografía e Historia. Tel 504- 89027049   

 

 


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