Periodista Katherine Ramírez, Presencia Universitaria
Dos lanzamientos de cadera de una pelota de tres kilógramos de peso y anotando a uno de dos aros elevados, aproximadamente a tres metros de altura en el centro de la cancha, es la marca de Gustavo Quezada, lo que lo cataloga como campeón centroamericano de uno de los rituales más importantes del mundo prehispánico: el Juego de Pelota Maya.
La victoria de este juego ancestral la logró representando al país mediante la selección nacional Ik Zotz (Murciélagos Negros) en el Torneo del Triángulo del Norte de Pelota Maya desarrollado en la Comunidad Maya de San Juan, La Laguna, del municipio de Sololá, los primeros días del mes de junio del presente año.
“Es un orgullo tener la oportunidad de dar la cara por el país; siempre lo hago con mucha humildad, tratando de dejar lo mejor de mí en la cancha y sobre todo en este juego que es un rescate de las tradiciones y culturas de las comunidades originarias de nuestro país, y que tanto impacto tiene a nivel histórico en todo el mundo; entonces, formar parte de este proyecto de recuperación de la cultura, tradiciones y juegos ancestrales como este, es algo que ha venido a llenar mi vida”, expresó este jugador.
Honduras ganó el primer lugar ante jugadores de Guatemala y El Salvador que habían clasificado a la final en esta competencia que contó dos modalidades: la individual, de tiro al aro, y el partido por equipos. El campeonato inició con una ceremonia y recibimiento de delegaciones, luego se dieron los partidos clasificatorios y posteriormente se jugó la final durante sus tres días de realización.
“En esta modalidad de tiro al aro intervienen la técnica y definición, antiguamente se creía que el jugador que podía anotar al aro en un partido tenía la capacidad de transformar la noche a la mañana por toda la representación y cosmovisión maya, y antes se terminaban cuando alguien anotaba y ahora no, pero sigue siendo uno de los actos más importantes y celebrados de un partido”, añadió.
Esta es su segunda conquista ya que en el 2019 se coronó como el máximo jugador del Torneo Nacional Maya. Además de obtener un triunfo para el país, practicar este deporte y ganar significa un logro personal para Gustavo, ya que encontró un valor más en su accionar a nivel emocional, espiritual y cultural que le demostró un sentido de pertenencia y conocimiento de sí mismo.
“Formar parte de este proyecto, tener la oportunidad de participar en el equipo nacional y convivir con comunidades de equipos de otros países me ha venido a llenar ese vacío de identificación, dándome satisfacción emocional, me ha dado la oportunidad de conocer y comprender la historia en un plano diferente y me da el orgullo de poder ser parte del proyecto de las tradiciones y culturas ancestrales del país”, añadió Quezada.
Este guerrero de la pelota maya incursionó en el proyecto de pelota maya 2019, cuando fue a conocer ver jugar a un amigo y observar cómo se desarrollaba este juego. “La intriga de ver jugar y la técnica me llamó la atención y me uní al equipo Took Pakal (Guerreros), y he jugado desde ese año, teniendo la oportunidad de ser seleccionado nacional participando en el Torneo Nacional de Pelota Maya. En el 2020 representé de forma virtual debido a la pandemia, y quedé seleccionado entre los 10 jugadores de más de 40 que participamos, y ahora en este torneo recientemente”.
Gustavo comentó a Presencia Universitaria que en su vida deportiva ha sido muy competitivo, practicando diversos deportes como volibol, béisbol, baloncesto y fútbol. “Pero el Juego de Pelota Maya le ha dado un sentido diferente a mi vida y las conexiones que he hecho con este juego tanto a nivel nacional como internacional me han dejado satisfecho”.
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