Periodista Kelssin Vásquez- UNAH
Las inversiones agrícolas radicadas en el Valle de Comayagua son una brillante oportunidad laboral para los egresados de Ingeniería Agroindustrial del CURC.
“Cuando se conocen cuáles son las prácticas básicas y los factores limitantes de la producción agrícola y cómo enfrentarlos, entonces usted está en el camino correcto para disminuir la incertidumbre en el campo”, expresó el ingeniero Rigoberto Fúnez, jefe del Departamento de Agroindustria del Centro Universitario Regional del Centro (CURC).
Fúnez, quien ha laborado para firmas locales y extranjeras, en la actualidad imparte clases vinculadas con suelo, riego, enfermedades de plantas y apicultura a estudiantes de Ingeniería Agroindustrial y del Técnico en Producción Agrícola.
“Nuestros egresados concursan para ocupar una plaza y en la entrevista laboral se les pregunta sobre los factores limitantes y las prácticas básicas, porque es fundamental para entender la problemática de la agricultura, si no conoce esto, enfrenta una gran debilidad”, manifestó el docente.
En este sentido, durante las clases enseña a sus alumnos cómo enfrentar los factores limitantes de la producción, con énfasis en aquellos temas vinculados a la decisión del productor y factores ambientales que limitan esta actividad, así como medidas fitozoosanitarias, prácticas culturales, manejo y nutrición, entre otros.
Entonces, continuó, existe un paquete de alternativas, un conjunto de actividades y prácticas básicas creadas como producto de la evolución de la agricultura y que deben realizarse en el tiempo y momento oportuno para reducir el efecto de estos factores limitantes.
Planificación
Según Fúnez, se debe realizar un estudio de mercado, con antelación de 160 días antes de comenzar a sembrar o trasplantar los cultivos. Durante este tiempo, “se tiene que definir qué sembrar, cómo sembrar, a quién se le venderá y la calidad que solicita el comprador. Pero si el productor no puede vender sus cosechas, no es culpa del producto, sino del mercado”, justificó.
Además, con 120 días de anticipación se debe evaluar el lote en donde se cultivará para determinar la disponibilidad de agua y cuál es la condición del suelo. En el caso de existir situaciones relacionadas a la compactación de suelos por saturación y charcos, entonces se le enseña al estudiante que se tiene que construir camas para modificar estas condiciones.
“Cuando nuestros estudiantes aplican estas recomendaciones no les pasará factura porque prepararon el suelo con suficiente anticipación. Las plantas respiran gran parte por las raíces”, expresó el docente.
Menos es más
Las empresas tienden a reducir el arsenal de pesticidas químicos utilizados en las actividades agrícolas y el manejo de plagas de manera coherente con las reglas del juego para producir y exportar.
De igual manera, en el manejo de plagas hay una reingeniería en el uso de nuevas alternativas. La aplicación de prácticas básicas, haciéndolas en el tiempo y forma oportunos, genera una merma estimada entre un 10 y 15% en el uso de estos agroquímicos.
¿Por qué razón? Fúnez citó que en la zona de Sensenti, Comayagua, la carga poblacional de plagas es bastante grande y variada debido a las significativas cantidades de plaguicidas utilizados que también eliminaron a los enemigos naturales de estos insectos dañinos para el agro.
“Plagas que no existían, ahora lo habitan en esta comunidad. Además, les enseñamos a nuestros estudiantes que se debe observar el efecto que estos químicos tienen en la salud humana y el ambiente”, reconoció.
Por eso las prácticas básicas recomiendan aplicar el plaguicida con 17 días de anticipación y no en el día 10 -antes de la cosecha- para evitar un recargo de moléculas activas del químico en el cultivo y que este afecte la salud de los consumidores.
Vida laboral
¿Cuál es el resultado del conocimiento aportado en el CURC? Para Fúnez es motivo de orgullo profesional saber que egresados de Ingeniería Agroindustrial dirigen diversos proyectos de 80 hectáreas y más.
Fue del parecer que ante el crecimiento económico y de inversión en el valle de Comayagua, la UNAH debe crear carreras que contribuyan a desarrollar una agricultura inteligente, orientada a preservar el ambiente, que sea adecuada a realizar un mejor uso de los recursos.
“Se necesita una carrera orientada al manejo integrado de riego y el manejo integrado de cultivos e ingeniería agronómica. Las universidades privadas lanzan una nueva carrera en un plazo de dos a tres años, en cambio, en nuestra universidad se puede tardar 10 años”, dijo.
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