Cadáveres por coronavirus no son fuente activa de transmisión: Julissa Villanueva, patóloga forense

Permitir un entierro digno a las personas que fallecen por coronavirus (COVID-19) en el país dependerá de la implementación de una estrategia integral por parte del Gobierno, que involucre la participación de los diferentes sectores, señaló la doctora Julissa Villanueva, patóloga de la Facultad de Ciencias Médicas y exdirectora de Medicina Forense.

Al consultarle por qué se generan esas acciones de rechazo de parte de algunos pobladores que viven cerca de los cementerios, al momento de llevar un cadáver por coronavirus, la especialista explicó que se debe a la falta de información científica por parte de la ciudadanía.

“El temor a morir contagiado por COVID-19 está llenando de prejuicio y discriminación a las comunidades y es de decirlo claro, un cuerpo previamente manejado con todos los soportes y medidas de bioseguridad, es decir, colocado dentro de una bolsa sellada, desinfectado, introducido dentro de un féretro sellado, no representa ningún riesgo al momento de su entierro, ya que el fallecido ya no tose, por lo tanto, no es una fuente activa que pueda transmitir el COVID-19”, enfatizó la académica.

Recordó que de acuerdo con el Colegio Americano de Patólogos, ya está establecido cuál es el protocolo de bioseguridad que se debe implementar para el manejo de cadáveres por esta enfermedad y así evitar riesgos.

“Lo que me preocupa mucho más no son los que fallecen en los hospitales, sino los que podrían morir por COVID-19 dentro de sus casas o en las calles, puesto que la gente los podría tocar sin las medidas de bioseguridad. Una de las preguntas que se hace la población es si el virus puede permanecer dentro del fallecido, por lo que es importante aclarar que sí; después de morir la persona, el virus puede permanecer temporalmente por algunas horas en la sangre, en los fluidos corporales, heces, orina, secreción pulmonar, por tal razón es que la gente podría contaminarse solo si movilizan inadecuadamente el cadáver”, indicó Villanueva.

Agregó que de ocurrir una muerte por COVID-19 fuera de un centro asistencial, es necesario el acordonamiento del área inmediatamente, para impedir que otra persona toque el cadáver, y una vez acordonada el área, se debe llamar al personal debidamente capacitado, bien sea de la Secretaría de Salud o en este caso de Sinager, quienes luego de retirar el cadáver deberán desinfectar el lugar. “De cumplir con las medidas de bioseguridad sanitaria, no va a existir ningún riesgo, la gente no debe de temer, el cadáver enterrado no va a explotar, no va a ser fuente de infección alguna”.

Acciones

Sobre cuáles son las acciones que debe implementar el Gobierno ante la estigmatización de los fallecidos por COVID-19 la especialista manifestó que debe ser enfático en educar a la población con los protocolos de bioseguridad, asimismo se debe integrar de manera dinámica a toda la comunidad, patronatos, militares, incluyendo las asociaciones de funerarias.

“¿Por qué las asociaciones de funerarias?, porque ellos son los expertos en el manejo de la gestión de cadáveres, de los entierros; pero qué es lo que ha sucedido en Honduras, que no se ha socializado ningún protocolo al respecto, no se ha educado a la comunidad, no se le ha dado la importancia al último problema, que son los fallecimientos por COVID-19, en ese aspecto se deben utilizar las cadenas de radio y televisión”, dijo Villanueva.

Otra de las áreas que deben priorizar los tomadores de decisión es el tema de la salud mental de los hondureños, debido a que la sociedad está viviendo problemas de ansiedad, miedo, de pánico.

“No solo los muertos pueden generar estas reacciones, ya va a ver usted lo que viene con este tema de las pruebas rápidas que se están yendo a buscar los contactos a las casas, estamos viendo la no aceptación por parte de la gente, porque ellos piensan que más bien van a llegar a contaminarlos, y eso sucede porque nadie les ha explicado que las medidas están encaminadas en identificar a los pacientes asintomáticos”, señaló la patóloga de la Facultad de Ciencias Médicas.